¡Qué felicidad pensar en el primer domingo de mayo!
El día de la madre es una festividad que se conmemora en gran parte del mundo y en distintas fechas del año. En España se celebra el primer domingo de mayo.
En la actualidad hay quien pretende cambiar el paradigma de “mamá”.
Un poco de historia:
El homenaje viene de la antigua Grecia. Los helenos honraban a Rea, madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades. Los romanos adoptaron la celebración y se la dedicaron a Cibeles.
Al aparecer el cristianismo es a la Virgen María, madre de Jesús, a quien se venera.
Históricamente, la madre es una figura que es ensalzada y señalada como una entidad cuasi perfecta. Presentada como la esperanza de dar vida. Imagen consagrada en poemas y elogiada.
La ciencia de la salud y la vida, más pragmática, define a la madre como: “aquella persona que, siendo de sexo femenino, ha tenido descendencia directa.”
Hoy, la descripción de la ciencia trae polémica.
Me ciño a lo que, al menos, en las redes sociales (RRSS) se promueve como si de la verdad absoluta se tratara.
Algo de contexto:
El 28 de febrero sale publicada en el BOE la nueva ley 4/2023, “para la igualdad real y efectiva de las personas trans y la garantía de los derechos de las personas LGTBI.”
El mismo título de la ley, ¿no tiende a confusión, pues trans, en un momento dado, no puede ser cualquiera que se identifique y busque una transformación hasta de animal, «raza», título nobiliario, estatus social, o cosa? Aunque ese es otro tema.
Con la llegada de esta nueva ley se ha abierto la veda a reinterpretar a las mujeres y la imagen de la madre.
En RRSS, sin perder ni un minuto, la figura emblemática y portadora de la vida “la madre” es transformarda y cambiada por “progenitora gestante”. «Término» que le va muy bien a aquellas empresas que disocian a la mujer para usarla como incubadora.
Este nuevo palabro, ¿cómo y dónde deja a las mujeres que por decisión propia, por azar, por desliz o por circunstancias terribles se convierten en madres?
La madre empieza a ser una figura en declive.
La amenaza de utilizar “¿¡progenitora gestante!?” no es toda la desoladora realidad que, en estos tiempos, atraviesa a las madres.
Esta semana, por la cercanía de la fecha, en redes sociales se relata cómo se siente una mujer madre. Se describe a una persona que para poder dedicarse a la crianza, en muchos casos y con «suerte», ha de renunciar a su trabajo y/o hacer reducción de jornada laboral. Sí, opción que hoy sigue en tendencia.
Muchas mujeres deciden desmitificar esa labor y muestran lo que llega a cansar el día a día de dicha entrega. Hasta allí todo bien al ser la forma de exponer una realidad en la que el “llegar” a todo no es por arte de magia, o por ser superwoman. Ese “llegar a todo” implica ser las que compran para alimentar, y alimentan, las que ayudan con las tareas escolares, y enseñan, las enfermeras que velan cuando los peques enferman, y un largo etc. —no paran ni el día de la madre—.
Ahora viene la guinda. A todo ese despliegue de realidad llegan los hombres que dicen: “¡oye! ¡ya está bien, que nosotros ayudamos!”.
Aunque esa figura masculina egocéntrica y machista, a estas alturas de la historia, se podría pensar que es anacrónica, pues no, no lo es. Todos ellos, son hombres que insisten en la idea de seguir con el protagonismo de todo. Son los que se creen con el derecho de llamar a dichas mujeres “victimistas” y, acto seguido, describen al «macho que ayuda mucho con todo».
¿Cuántos de ellos deciden dejar el trabajo o hacer jornada reducida para dedicarse a la crianza y a la casa? Eh, que también los hay, quizá uno de cada cuatro millones o más, pero haberlos haylos.
Recordemos que el día de la madre es para conmemorar a la mujer que es, —¿o por ser?— la progenitora de dioses varones.
Tras esta pequeña disertación voy al título, pues, lo que he pretendido con él es ser irónica.
¿Por qué irónica?
Porque con la nueva ley trans, —aporto descripción para evitar se me acuse de lo que no hago—, son las personas nacidas varones las que se definen mamás. También, al haber personas nacidas hembras y que dicen sentirse varones, se señala que “los hombres también paren”. Tanto una descripción como la otra hace que la palabra “mamá” se quede vacía de significado real.
Sólo me queda por decir: mujeres que sois mamás y asumís un papel en decadencia, ¡Feliz día y que nadie os robe vuestra realidad!
Por @dalila_sin
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