Una niña desvalida que no conoce a su madre, tiene una relación abusiva con el que ella cree es su padre. Ella sabe que haciendo lo que él ordene lo mantendrá tranquilo y por eso le obedece para obtener su afecto y así, evitar más maltratos. Gracias a una situación que ella no puede controlar, aprovecha el momento preciso para escapar y librarse así de todo el sufrimiento y el miedo que seguía creciendo estando al lado de su padre. Una vez en libertad, conoce nuevos amigos, y se da cuenta que aquello que la hace especial, puede usarlo para ayudar no sólo a sus amigos, sino a todo el pueblo, aprende así a crear nuevos lazos, y también que puede estar mejor que antes. Ahora sitúen la historia en la época de la guerra fría, añadan secretos de estado y dimensiones paralelas, monstruos pegajosos acechándonos y tendrán el resultado exitoso de Stranger Things, la serie de Netflix que batió records de sintonía y que ha sido trending topic en las últimas semanas debido al lanzamiento de la segunda temporada.
La repercusión que ha ganado la serie últimamente ha expuesto también a los protagonistas de la misma, la mayoría adolescentes entre los 12 y 14 años, los fans se siguen multiplicando y los medios les persiguen a donde vayan a fin de buscar nuevas imágenes para el público. Todo eso es esperable, debido a la industria del entretenimiento que para mantenernos expectantes casi que acosa a los actores, y ahora aquí viene la parte vomitiva, ya que en medio de todo el éxito de la serie y la sobreexposición, los medios olvidan que la protagonista tiene 13 años, que es una niña… o tal vez lo saben, y el hecho que el machismo haya normalizado la pedofilia hasta el extremo de hipersexualizar a las niñas y adolescentes, hace mucho más grave aún la situación de miles de jóvenes actrices y también de las niñas que quieren seguirles los pasos.
La revista W Magazine lanzó en su edición de agosto, una lista de las personas más sexies de la tv, y entre ellas figuraba Millie. No es exageración decir que eso es muestra de la normalización de la pedofilia, ya que antes ha pasado, muchas figuras que hoy son consagradas estrellas, en su momento fueron hipersexualizadas cuando ni siquiera llegaban a la mayoría de edad, es fácil encontrar referencias al respecto, le pasó a Emma Watson durante las últimas entregas de la saga de Harry Potter, le pasó a Kristen Stewart antes de protagonizar Crepúsculo, le pasó a Elle Fanning en Malificent, a Lilli Collins antes de Mirror Mirror, a Maise Williams y Sophie Turner con Game of Thrones… la lista sigue y ahora lo mismo está pasando con Millie.
Con motivo de Halloween incluso se venden disfraces de “Sexy Eleven” su personaje en la serie, haciendo alegorías, llamándolo “Upside Down Honey” donde Eleven es sexy… no estamos tan lejos de esa morbosa realidad si hacemos el paralelo del upside down pues aquí mismo hay personas que comercian con la idea de una niña hipersexualizada para el beneficio y contemplación de los hombres y por supuesto, para que la industria del entretenimiento siga generando dinero.
En las entrevistas que presenta netflix, Beyond Stranger Things, las preguntas se centran en los besos que ocurrieron para la serie, la mayoría, por no decir todos los protagonistas ni siquiera han tenido su primer beso en la vida real, pero sin embargo el tratamiento de parte del entrevistador no fue dirigida de una manera profesional, sino por el contrario, el morbo y el énfasis en lo que sintieron y la angustia que la preparación para la escena necesitó, son los planteamientos recurrentes, no se les pregunta como actrices, sino como niñas que son, y que están dando un primer beso ante una audiencia enorme.
En este sistema patriarcal, incluso las niñas son producto de consumo, creo que todas lamentablemente guardamos alguna memoria terrible de algo que nos haya pasado siendo aún niñas, y es que históricamente la hipersexualización ha sido y sigue siendo tan natural, que nos cuesta muchas veces darnos cuenta. El patriarcado mueve sus hilos a través de las industrias de consumo masivo, y en la industria de entretenimiento ¿adivinen quiénes son la mercadería favorita? Pues sí, nosotras las mujeres, y lamentablemente, cada vez más temprano y con mayor impunidad, las niñas.
A las empresas, revistas, programas de tv y todos los componentes de la maquinaria que hace funcionar la industria del entretenimiento, no les va interesar cambiar porque funcionan en base a ideas patriarcales que lo único que quieren es seguir imponiéndose, no les va a interesar cambiar a menos que nosotras cambiemos nuestra manera de consumir, la responsabilidad tiene que recaer, claro, en toda la industria, pero esa exigencia tiene que partir desde nuestra lucha diaria por evitar que se siga naturalizando la hipersexualización de las niñas, hay que señalarlo y expresar todo nuestro asco y repudio a estas prácticas porque las mujeres no somos objetos, y las niñas tampoco, lo repetiremos las veces que sea necesario, hasta que quede completamente claro.
Por Lara Salvatierra @larasalvatierra
Puedes ayudarnos con 1 euro al mes para pagar los gastos del mantenimiento web uniéndote a nuestro grupo de Teaming aquí: