La Organización de Naciones Unidas (ONU) en 1975 institucionaliza la fecha del 8M como «Día Internacional de la Mujer Trabajadora.»
Breve repaso por la historia.
Año 1908, en la fábrica textil «Triangle Shirtwaist», de Nueva York, mujeres trabajadoras se declaran en huelga. Sus reclamos eran: «Igualdad salarial a la del varón, reducción de la jornada a 10 horas, mejora de las condiciones higiénicas, tiempo para la lactancia.» El dueño de la empresa quiso que las empleadas desistieran de su actitud y ordenó cerrar las puertas y originar un incendio. Sin embargo, las llamas se extendieron con rapidez y provocan la muerte de 130 trabajadoras.
Año 1910, en Copenhague se convocó una reunión de mujeres Socialistas. La alemana revolucionaria Clara Zetkin propuso celebrar el 8 de marzo en conmemoración por la muerte de las trabajadoras del incendio de la fábrica textil.
En Alemania, Austria, Suiza, en 1911 se celebró el primer Día Internacional de la Mujer Trabajadora y en 1913 en Rusia, de forma clandestina por estar bajo el régimen zarista.
En 1978 es la primera vez que organizaciones feministas de forma unitaria, en colaboración con sindicatos, convocan la jornada del 8M bajo el lema «Por un puesto de trabajo sin discriminación». En España, organizaciones feministas reparten manifiestos en los que se reclaman: «salarios y trabajo igual a los de los varones, acceso a todas la categorías profesionales, formación profesional sin discriminación, creación de servicios colectivos que faciliten la incorporación de la mujer al trabajo, igualar prestaciones ante la igualdad de cotización en la Seguridad Social. Amnistía para las encarceladas por delitos específico de su sexo; información sexual, anticonceptivos y aborto a cargo de la Seguridad Social.» Entre otras cosas, señalan el paro femenino y ponen de relieve que el 73% de los analfabetos son mujeres.
Año 2018
Se convoca la primera huelga general feminista a nivel Internacional a la que se suma España. Señalan que la mujer trabajadora no es sólo aquella reconocida por su aportación directa en la economía. Los cuidados en el ámbito familias a menores, mayores, dependientes, tareas del hogar, también son labores que aportan mucho a la economía global y ni gobiernos ni empresas asumen la responsabilidad de lo que supone todo ese trabajo. En el manifiesto, entre otras cuestiones, se visibiliza los malos tratos a las mujeres y la brecha salarial. Resultó ser todo un éxito del que los medios internacionales se hicieron eco.
Antes del 8M muchos políticos ponen en duda la marcha y la huelga en sí. El día 9M, esos mismos políticos aplauden la buena organización y se quieren apuntar el tanto.
¿Qué pasó el 8M del 2019?
El éxito del año anterior no gustó a ciertos sectores económicos y ponen en marcha el aparato mediático para contraatacar.
En las asambleas se pone énfasis en los reclamos señalados y un tema clave es la prostitución. Emergen discrepancias y surge lo que llaman la fragmentación feminista. En realidad, es la clara manifestación de aquellas que abrazan el sistema capitalista/liberal y feministas críticas del propio sistema abusador. En dichas asambleas se silencia y echa a feministas que ponen en duda la prostitución como un trabajo cualquiera.
En esta marcha, tras las consignas de «por el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra vida» se cuela la prostitución y los vientres de alquiles. Apelan a criterios subjetivos y ocultan qué supone aceptar que los cuerpos de las mujeres sean útiles al capital. Ambas explotaciones se centran en mujeres más vulnerables y con menos recursos.
La lucha de clases señala que el trabajador no ha de formar parte de la cadena de producción como una herramienta más. Sin embargo, tanto la prostitución como los vientres de alquiler sitúan el cuerpo en la categoría de herramienta, utensilio, instrumento de trabajo a utilizar, desdoblando y deshumanizando a la mujer.
Se da más voz mediática a «feministas liberales» y se les abre las puertas de las instituciones. Partidos progresistas las abrazan al considerar el regulacionismo de la prostitución.
8M del 2020
Se intenta desarticular el feminismo dando fuerza al «feminismo liberal», por ser el que lo vacía de contenido e introduce en el 8M las batukadas dándole aire festivo carnavalesco.
En 2018 el feminismo no murió de éxito, se le ha de asesinar. Para ello se introduce otro frente complicado de lidiar y que entra con fuerza, la diversidad de género.
En 2020 no se convoca huelga general y se insiste en denunciar violencias y discriminación hacia la mujer. Las batukadas con lemas que apelan a la identidad de género y a la prostitución son el alma de la fiesta. En varias capitales, feministas son increpadas por personas trans, nacidos varones, que buscan señalar que sus problemas son los importantes y el feminismo los ha de anteponer.
Todo ello queda opacado por un virus que afecta a la población a nivel mundial. Es el 11 de marzo cuando la OMS declara el estado de alerta por pandemia. Circunstancia que se aprovecha para echar la culpa a las feministas por la marcha del 8M como foco de transmisión. No parecen ser otros acontecimientos y eventos de masas los que sumen contagios.
Mientras, las batallas son trasladadas a las redes sociales y el nuevo partido político morado es el que trae la ley sobre la identidad sentida.
Llegamos al 8M de este año, 2021.
Desde el inicio de la pandemia no se han dejado de producir manifestaciones, eventos multitudinarios, incluso en Cataluña no se pospuso las elecciones y votaron infectados. ¿Limitación de aforo o suspensión del 8M por responsabilidad?
Este año la pandemia deja en evidencia: «Es la mujer la que sigue sacrificando trabajo y tiempo para ocuparse de la prole, dependientes y mayores. El maltrato a la mujer se encrudece. La mujer es la más perjudicada con mayor tasa de paro y más precarización. La prostitución no se para.” Sin olvidar que para la «correcta conciliación» encestan igualar el permiso de paternidad al de maternidad. No se tiene en cuenta el proceso de embarazo, parto, lactancia, postparto, por el que sólo pasa la mujer. «No ha sido un reclamo de los varones.» «Se ha aplaudido a algún hombre que ha aprovechado la baja paternal para superar retos deportivos…»
¿Qué destacará en la marcha este año?
¿Es diferente el 8M de sus inicios?
Las feministas continúan con el activismo político. Ellas entienden que el sistema siempre idea estrategias de distracción para dividir y crear espejismos que apelen a sentimientos e individualismos. Saben que las concesiones hechas para mejorar la vida de las mujeres se diluyen ante cualquier desequilibrio económico e inestabilidad social. La lucha es encarnizada y no se limita a un día.
El 8M no es más que la puesta en escena de aquello por lo que las feministas luchan todos los días, año tras año. Tienen claro que el sistema se reinventa, adapta, y no está dispuesto a ceder ni un milímetro si eso le supone perder oportunidad de negocio e ingresos. El propósito y el objetivo es el mismo, la lucha es contra el capitalismo/liberal/patriarcal/machista. Los tiempos cambian, las batallas aumentan y han de ser lidiadas en terrenos diferentes.
Sinceramente, ¿cuántas mujeres entienden contra qué toca luchar, por qué y cómo hacerlo?
Por @dalila_sin
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