Daños colaterales
Muchas mujeres envueltas en guerras se han visto arrastradas a un tipo de vida que casi semeja la esclavitud. La potestad del padre o del marido no es puesta nunca en duda y la observación de la religión, que también es ley, se mantiene a conciencia dentro de su tejido social. Sin embargo la prostitución, penada por todos los países musulmanes que contemplan la ley Sharia, también encuentra recovecos por donde colarse, y como ocurre en casi todos los países en donde la prostitución es ilegal, suele estar encubierta, escondida, puede pasar desapercibida, pero sigue existiendo.
En Irak la llegada masiva del ejército dispara la demanda de prostitución que se rellena con esclavas sexuales, mujeres procedentes de la trata o rehenes de otras regiones devastadas por otras guerras. Como suele ocurrir también en Europa, muchas mujeres llegan engañadas a zonas militares de pacificación con proposiciones de un trabajo digno cerca de la logística militar: cocineras, asistentas, cuidadoras, limpiadoras etc. En cuanto llegan se les retiene el pasaporte y quedan atrapadas en una red de prostitución de la que es casi imposible salir. Se da el hecho de que dentro de las mismas fuerzas armadas, las mujeres militares, han sufrido en un 30% violaciones, un 70% son asaltadas sexualmente y en un 90% han sufrido acoso sexual.
Las fuerzas de pacificación en medio de guerras cruentas no respetan ni los más básicos derechos humanos. El periódico Independent, en un artículo, contaba hasta 50.000 niñas y jóvenes obligadas a prostituirse en los campos de refugiados y en tiempos de paz.
En Afganistán la prostitución es encubierta y muchas familias viven de los servicios que las más jóvenes pueden obtener, unos 50 $ por cliente, sin embargo, si se descubriera tanto la chica como su familia se sentirían profundamente avergonzadas y la joven seria castigada severamente. Para las autoridades la pena recae exclusivamente en la prostituta, jamás en el cliente. En un país como Afganistán, completamente devastado por la guerra entre Talibanes y afganos con ayuda de las potencias occidentales, las mujeres no tienen más remedio que recurrir a la prostitución para poder sobrevivir y escapar de la miseria más absoluta, aunque deben hacerlo de forma clandestina, bien personalmente o bien por medio de burdeles pero sin que puedan ser detectados.
En Siria, antes de la guerra, las niñas de trece años se prostituían por unos 22$ la hora en burdeles de Damasco. Ahora, tras la brutal guerra que asola el país, las mujeres se ven abocadas a sobrevivir en las redes de trata. Solo en Líbano hay 1’5 millones de refugiados de los cuales el 52% son mujeres y el 20% de ellas se quedan como cabezas de familia. Turquía es el país que más refugiados a acogido llegando a la cifra estimada de 2´8 millones de personas sirias. En la provincia turca de Batman las mafias compran a las hijas de los refugiados por una suma de 2.000 liras y la promesa de que las niñas van a tener una vida mejor. En Jordania, están acogidos unos 80.000 refugiados de los que se supone, el 32% son niñas que en su mayoría se ven obligadas a contraer un matrimonio forzoso. Al ser un país que no ratificó el tratado de Ginebra de 1951, Jordania no les reconoce ningún status que son sea el de visitantes y por tanto no contempla para ellos ningún tipo de derechos lo que hace imposible que estas personas tengan cualquier tipo de defensa jurídica o que puedan realizar cualquier trámite burocrático. Estas niñas, obligadas a casarse con hombres que a veces les triplican la edad, se quedan en un limbo absoluto y pasan a formar parte de lo que ya se ha denominado como “la generación perdida”.
La nota positiva la podemos encontrar en las mujeres kurdas que se han aliado para combatir contra los yihadistas y plantarle cara a ISIS. La participación de estas mujeres responde al profundo convencimiento de que no puede existir una liberación kurda sin la liberación de la mujer. Las imágenes de estas “amazonas”, como las han denominado, dieron la vuelta al mundo tras la batalla de Kobané y se han convertido en un icono de la lucha contra el extremismo y de la lucha feminista. Pertenecientes a una larga estirpe de mujeres que desde la caída del imperio otomano han luchado por la libertad y por tener un rol activo en la sociedad, llegaron a tener una mujer parlamentaria en 1990 y lograron que en Turquía se impusiera un sistema de cuotas en 2004 por el cual todos los partidos políticos que apoyaran la causa pro-kurda debían contar entre sus filas con un 40% de mujeres. En 2004 las autoridades kurdas en Siria promulgaron un decreto que garantizaba la igualdad de derechos y así mismo prohibía el matrimonio forzoso antes de los dieciocho años, condenaba los crímenes de honor, la discriminación y violencia de género, garantizando de ese modo, la igualdad de oportunidades, condiciones laborales y salarios entre hombres y mujeres. Estas mujeres son la auténtica esperanza feminista para los países de tradición islámica.
El conflicto palestino-israelí
En Israel contemplamos con asombro que es el primer y único país donde hay una legislación cercana a la europea y donde las prostitutas se manifiestan abiertamente en contra. En enero de este mismo año fue aprobada la ley contra el pago por sexo en la que se establecen multas de hasta 500€ para el cliente consumidor de prostitución. En casos de reincidencia la suma podría llegar hasta los 18.000€. El gobierno, muy al estilo sueco, ha aprobado un paquete presupuestario de 25 millones de euros para programas de asistencia, rehabilitación y reinserción de las mujeres que quieran salir del mundo de la prostitución y que se implantará dentro de unos dieciocho meses, facilitando así la asistencia. Se considera que en Israel hay unas 14.000 mujeres ejerciendo la prostitución y el negocio mueve alrededor de los 360 millones de euros al año.
Como siempre la polémica parte de los pensamientos más liberales que ahondan en el hecho de la libre elección y en lo que denominan un atentado contra los derechos laborales y de libertad de elección de trabajo, pasando por alto los factores de trata, de precariedad y pobreza de la mayoría de las mujeres que la ejercen y saltando por encima de los más básicos derechos humanos. “Con la nueva ley se ha provisto de fondos a un plan que será implementado por los ministerios de Asuntos Sociales, Salud, Educación y Seguridad. Se ampliarán las instituciones existentes para garantizar asistencia a estas personas a todos los niveles” dice Flavia Sevald, directiva del Instituto de Justicia de Jerusalén.
Muchas mujeres que ejercen la prostitución en zonas precarias o en territorios recién anexionados son mujeres palestinas que se han visto abocadas a tener que sobrevivir de una forma u otra en un país del que han sido expulsadas. En zonas como Hebrón, donde ya no quedan recursos de ningún tipo, las prostitutas son las únicas que tienen algo similar a un sueldo. En Gaza hay niñas que se prostituyen por un bocadillo. Un 15% de las chicas que ejercen en Ramala o Jerusalén Este son palestinas que han sido engañadas con la siempre exitosa técnica de conseguir trabajos dignos o papeles para poder salir del país. Para ocultar los burdeles, las mafias compran edificios viejos en las colonias judías de Cisjordania o utilizan edificios que alguna vez fueron colegios o inmuebles de utilidad pública palestina.
Las mujeres palestinas sufren un tipo de violencia tan infame que es difícil de explicar. Por un lado tienen la violencia propia de pertenecer a un territorio en guerra constante, de haber sido expulsadas de su país por tropas israelíes que han ido anexionando territorios dejando hundidos y en el exilio a sus habitantes. Por otro, los movimientos de resistencia palestina como Hamás que luchan contra esa ocupación han impuesto el fundamentalismo más fiero como abanderado de su lucha lo que ha condenado a las mujeres palestinas a un fundamentalismo religioso donde impera la Sharia más extrema que las recluye a el ámbito doméstico y en donde aumenta día a día la violencia de género en todas sus vertientes posibles.
La mujer, reducida a un simple objeto, a la servidumbre y casi a la esclavitud por parte de los hombres en un país que tiene un 67% de pobreza extrema, devastado por la guerra continua y con un 40% de analfabetismo, es prácticamente un animal domestico más.
La doble moral que impera en la zona hace que muchos padres o maridos obliguen a sus hijas o esposas a prostituirse bien en los territorios ocupados por israelíes bien en las zonas o franjas que todavía son palestinas, pero en caso de ser descubiertas, serían los primeros en entrar donde fuera que estuvieran ejerciendo, sacarla a empujones y lapidarla públicamente en medio de la muchedumbre. Los asesinatos por honor, las lapidaciones en caso de adulterio, los matrimonios forzosos para encubrir la prostitución y el proxenetismo junto con la necesidad de alimentarse o sobrevivir en una zona tan devastada y tan sumida en la religión más fanática, hace que cualquier mujer palestina corra un riesgo vital en cualquier momento por la más mínima cosa.
Se calcula que un 43% de las prostitutas fueron captadas para casarse cuando tenían menos de catorce años y en el 53% de los casos su primera experiencia sexual fue una violación. El 63% de las menores palestinas nunca terminarán sus estudios básicos. El 93% de las prostitutas palestinas han sufrido maltrato por parte de los varones de su familia, sobre todo por parte de los padres, en menos porcentaje de sus maridos y tíos. Un 36´5% de los casos son los propios padres quienes obligan a la hija a prostituirse y en un 38% son los maridos.
La situación de la mujer en todo Oriente Medio, no se puede explicar sin recurrir a la religión. Como en todas las religiones y como en todos los países, el patriarcado ha hecho las leyes desde siempre y ha condicionado la situación de la mujer a ser constantemente subalterna del hombre, pero hay zonas en que, bien por la evolución social, bien por las costumbres o por la situación concreta, esta sumisión, este poder sobre la mujer, puede variar respecto a otros países. En todas las sociedades se da este patriarcado pero el nivel de empoderamiento de los hombres en cada región, en cada país, va a marcar sin duda la visión y por tanto la situación de la mujer o el grado de violencia al que se ve sometida. En Oriente Medio, una zona históricamente conflictiva, donde hay guerras, expolios, riqueza, exuberancia, pobreza y miseria, la falta de un poder propio, personal y social de cada hombre junto a los conceptos de virilidad que cada sociedad impone, hace que la mujer sea todavía más discriminada, que esté más al albur de las prácticas arbitrarias de cada uno, más invisible y quizá, me atrevería a decir, con un grado menor de libertad todavía que otras muchas mujeres que aún así sufren este tipo de vida en otros lados del planeta.
Fuentes y artículos relacionados:
http://joseluiscamara.blogspot.com/2009/08/el-lado-sordido-de-beirut-ofrece-sexo-y.html
https://culturacolectiva.com/fotografia/fotografias-de-prostitucion-por-emese-benko
https://elpais.com/sociedad/2019/02/15/actualidad/1550245632_018938.html
https://www.theguardian.com/commentisfree/2010/aug/29/saudi-arabia-ban-moroccan-women-stereotype
http://mujericolas.blogspot.com/2015/05/prostitucion-encubierta.html?spref=fb
https://www.girlsnotbrides.org/human-rights-watch-child-marriage-in-south-sudan/
https://html.rincondelvago.com/la-situacion-de-la-mujer-en-oriente.html
http://www.pobrezamo.wordpress.com
https://elpais.com/elpais/2017/06/18/planeta_futuro/1497806409_860363.html
https://www.abc.es/internacional/abci-turismo-sexual-dubai-venta-online-201608110114_noticia.html
https://www.vice.com/es/article/xwz4yz/proxeneta-dubai-sexo-prostitutas
https://rojavaazadimadrid.org/el-mundo-entero-habla-de-nosotras-las-mujeres-kurdas/
http://periodismohumano.com/mujer/las-nuevas-magdalenas-de-palestina.html
http://www.palestinalibre.org/articulo.php?a=52449
Por Nina @ninapenyap
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