107 billones de dólares. 107.000.000.000.
Acordaos de esta cantidad. Son los beneficios mundiales de la publicidad digital móvil en 2017.
Solo publicidad para móviles, ni me planteo añadir las cifras de la publicidad web, las de la publicidad digital total, etc., porque podemos naufragar en cifras y hacer zozobrar nuestro objetivo en este artículo.
Creo que ese número es, para todas, inabarcable mentalmente.
Voy a explicar, a grosso modo, cómo va esto de la publicidad en los móviles. Sí, esos anuncios que nos molestan tanto cuando navegamos y que tenemos que buscar la X como desesperadas para cerrarlos o esperar no sé cuántos segundos interminables, o esos que aparecen de la nada en medio de la pantalla.
Hay que diferenciar dos sujetos en la publicidad digital (móvil):
– Advertiser: el que encarga el anuncio. Puede ser Mango, Carrefour o PornHub.
– Publisher: el que lo publica en su página. Por ejemplo, yo tengo www.chopitosmumesunaplasta.com y decido poner unos cuantos anuncios.
«¿Por qué?», pensaréis como buenas lectoras activas.
Pues porque me llevaría dinerito.
«¿Cómo?», os preguntaréis las que no lo sepáis, porque seguro que muchas sí conocéis la respuesta.
Al igual que sucede con los anuncios de televisión, en los que el anunciante paga a la cadena una cantidad por insertar sus anuncios en los espacios para la publicidad de tal o cual programa, en Internet funciona de la misma manera. Pero, digamos, que tienen otro método de medida de las ganancias.
Una empresa fabrica los anuncios y los coloca, esa misma empresa los ofrece a los publishers para que cuelguen los anuncios en sus páginas.
En resumen: tenemos el advertiser que paga el anuncio y después se llevará las futuras ventas que produzca el anuncio, (como en la televisión), tenemos la empresa o adnetwork que conecta a todos, (como su nombre indica), y tenemos al publisher que es ese señor que tiene una página y va a colgar los anuncios.
En Internet se paga por clics en esos espacios, pero hay varias formas de hacer clic y, por tanto, de cobrarlos:
– Se puede cobrar simplemente por clics en el anuncio aunque no se interactue más. Estos clics, desde luego, se pagan poco.
– Se puede pagar por cada mil clics. Ahí ya cobramos algo más, pero el precio clic es muy bajo.
– Se puede cobrar por cada clic en el anuncio, pero dependiendo de este, el clic será a un precio. No es lo mismo un clic en un vídeo, que te lo tragas, que un clic en un anuncio debajo del todo de una página.
– Se puede cobrar, no por el clic, sino por cada download, como con los juegos.
– Por cada suscripción, como pasa con páginas como match.com. Por estas se cobra muchísimo, claro. Además, se cobra por cada vez que esa persona renueva la suscripción, (¿eh?, qué listos)
Es decir, el advertiser paga por su anuncio, su colocación y esos clics a la network, que, a su vez, paga al advertiser que cobra por ellos.
Y aquí viene lo interesante: todo ese tráfico de clics y de gente navegando por la red cotiza como en Bolsa las acciones, y ahí también están las networks. Porque, señoras mías, lógicamente las compañías que nos abastecen de Internet y de datos se están llevando dinero de todo ese tráfico. Para que me entendáis, no es lo mismo mil clics de UK a las 12 del mediodía, que mil clics de Trinidad y Tobago a las 12 de la noche.
Aquí entran en juego los llamados mediabuyers, gente que vende el tráfico de su página, o se dedica a invertir en él como en Bolsa. Es decir, ese tráfico se puede comprar por un precio, lanzarlo a la red, que suba de precio, porque los anuncios en los que entra ese tráfico se cotizan más, y volverlo a vender.
También lógicamente los anunciantes no pagan lo mismo por esos anuncios. Creo que, como buenas mentes reflexivas, ya habréis deducido que no es lo mismo el supervídeo que te sale de repente de Audi que el cuadradito de abajo de la página que anuncia Talleres Manolo.
Y me diréis: «Claro, pero como pasa en la tele, no todas las páginas pueden pagar-cobrar por los anuncios que les dé la gana».
Pues sí, todo el que quiera puede poner el anuncio que le dé la gana yendo a la adnetwork correcta. A decir verdad, no todas las empresas dejan poner sus anuncios en todas las páginas o apps, ya que las grandes suelen hacer la publicidad digital por su cuenta. Pero casi todas utilizan las networks para que les hagan los anuncios y los vendan. Con lo cual, todo cliente de una adnetwork puede disponer de los ads que vende la misma.
(Las que sepan de esto me podrán poner verde en las redes, lo entiendo, pero si lo pensáis, solo quiero que se haga una idea de la magnitud de este negocio).
Os acordáis de los 107 billones, ¿verdad? Pues este barullo de clics es el que lo produce.
Y ahora viene la primera alarma. De esos 107 millones se estima que entre el 30 y el 40 % viene del porno.
¿Cómo?
Lo que léeis. Los adult ads generan del orden de entre el 30 y el 40 % de las ganancias de la publicidad móvil. Y lo mismo ocurre con la publicidad web. No puedo dar cifras exactas porque nadie las da, obvio, no interesa. Y realmente, incluso no se pueden llegar a calcular exactamente.
Hay adnetworks que solo se dedican a los anuncios y al tráfico de contenido adulto. Si yo soy dueño de una página web, o una app porno iré a estos networks para que me coloquen anuncios con más tráfico y así ganar más dinerito.
Es decir, por eso PornHub, por ejemplo, gana el dineral que gana, porque nadie paga por entrar en ella, ya lo sabéis, pero todo ese tráfico de señores ávidos, de aberraciones a las mujeres tiene su valor. PornHub está llenito de anuncios, por todas partes, en la página de inicio, en el índice, cada vez que eliges un vídeo, antes de verlo…
Y no hay navegante más fiel y sumiso a la publicidad que el pornonavegante.
Esas páginas que ofrecen chats en directo, (que luego son robots), esos anuncios que ofrecen vídeos cada vez más duros y amateur, (qué gran palabra para el porno, «amateur», es mágica), esa app que te promete horas y horas de placer abyecto ininterrumpido… Amigas, todo eso es mucho, mucho dinero, demasiado desde el primer euro, pero, para más vergüenza e indignación, es inimaginable.
Como os decía, no puedo hablaros de dinero exacto, pero sí de datos de tráfico. Exoclick, una de las adult adnetworks más famosas, consigue más de 6 billones de impresiones al día de sus anuncios porno.
Lógicamente, las grandes networks, las que hacen las apps y los anuncios bonitos, lo saben: «Y aquí se viene a ganar cantidades ingentes de dinero, nos da igual cómo, a costa de quién y por qué». Con lo cual, las grandes también tienen publishers que anuncian porno, solo que le compran las cositas a las adult adnetworks.
Vuelvo al ejemplo de la televisión.
Si un programa de máxima audiencia coloca un anuncio vejatorio para la mujer, (no hay casi…), no solo nos quejaremos a ese programa y a esa cadena; dejaremos de comprar en la empresa anunciante, no solo ese producto; y además buscaremos a la agencia de publicidad para, al menos, ponerle las cosas claras en cuanto a creatividad publicitaria.
Pues bien, los vídeos porno son solo la punta, el piquito, del iceberg del beneficio del contenido adulto mundial, (sí, he dicho mundo).
Pensad que un solo vídeo genera dinero, (poco o nada), a quien lo ha hecho; al que lo cuelga, pero también al anunciante de esa página, a la empresa que ha hecho el anuncio de esa página y lo vende, al que lo cuelga en la suya, al que compra y vende el tráfico de ese anuncio y a las compañías de datos o de Internet, (ya sea móvil o web).
¡Y todo eso solo un vídeo! Un mísero vídeo por el que se le ha pagado a la pobre actriz vejada y torturada del orden de 300 o 400 euros en el mejor de los casos.
Internet y los smartphones han supuesto el paso del porno de productora y «grandes» actrices al fast porno de usar y tirar.
Ahora ya no interesan las películas. De hecho, casi no existen productoras, ahora interesa vomitar vídeos y más vídeos, y colgarlos lo más rápido posible para que generen tráfico y con él, dinero y más dinero.
Interesan las páginas de webcams, aunque sean falsos directos, los vídeos amateur pescados de cualquier parte por los que no se paga nada, y las grandes páginas como PornHub y XHamsters para poder anunciarse, y que ellas mismas tengan millones de contenidos para poder anunciarse a su vez. Además, un dato importantísimo, el porno no tiene derechos de autor.
Y todos ellos, adnetworks, advertisers, publishers, mediabuyers… tienen sus cuentas en paraísos fiscales a nombres de empresas ficticias. Incluso las propias networks te facilitan la invitación para adherirte a Payoneer, empresa de pagos por Internet como Paypal, pero que no es controlada por la hacienda española. Puedes facturar a través de Payoneer, con tu empresa en Chipre, y ese dinero es solo para ti. No, no solo una página porno o su dueño puede tener una fabulosa cuenta en Delaware, (estado que no tiene impuesto sobre las ventas), e ir sacando sus ganancias a costa de explotar a las mujeres con su tarjeta libre facilitada por el susodicho portal de pago.
Cuando algún defensor de la «libertad de la mujer» se llena la boca hablando de la industria del porno, las productoras, las actrices… podéis reíros en su cara, (por no escupirle).
Es más, los propios medios se ríen en nuestras caras, (o es que tal vez también se han reído antes de ellos), cuando nos ofrecen esos reportajes hablando de actrices, actores, directores, productores… y hablan de beneficios. ¿Beneficios? Internet ha invertido el archiconocido pilar del capitalismo: «se paga por lo que se genera».
No se cobra ese vídeo por lo que genera. (Las mujeres no lo han hecho nunca, claro está). Los que cobran son los intermediarios que mueven ese vídeo y todos esos clics para verlo.
Por tanto, toda la publicidad digital mundial se sustenta en el porno, absolutamente.
El Candy Crush, el anuncio de Mango, la app Runtastic… se han desarrollado gracias a que sus adnetworks obtienen, y han obtenido, pingües beneficios de la pornografía. Toda la industria digital del entretenimiento, cuyos ingresos vienen de la publicidad, empezó a dar beneficios y recortar distancias de los contenidos para adultos a partir de 2014. Pero que no os lleve a error, aunque cada vez es más pequeña la diferencia, el porno sigue sustentando a todas las adnetworks del mundo.
¿Cómo que esto no se sabe? ¿Dónde están esas empresas? ¿Por qué no salen a la luz?
Están a la luz. En el Mobile World Congress de Barcelona se encontraban todas estas adnetworks en sus espacios, más grandes o pequeños, haciendo contactos y negocios.
Empresas como la española Mobusi, una de las adnetworks más grandes del mundo, superando a Google, (sí, leéis bien), que tiene como clientes a Uber o A3, (y también tenía a un tal Torbe, ¿os suena?, tanto como advertirser como publisher).
En principio, Mobusi es una adnetwork mundial con contenido permitido en todas partes. Ya sabéis que Google o Facebook tiene localizadores y banean toda la publicidad de pornografía, pero como os he contado, Mobusi puede comprar tráfico y ads a empresas de contenido adulto, y lo hace, al igual que también puede ofrecer su tráfico y publishers a todo tipo de advertirser. Y por supuesto, lo hace.
En su página web podéis observar que de pornografía nada de nada.
Estas grandes adnetworks se nutren del tráfico adulto de empresas como la mencionada anteriormente Exoclick, aquí tenéis su link: https://www.exoclick.com
¿Aquí hay algo sobre porno? ¿Es una empresa que gana sus ingentes beneficios solo del contenido adulto en Internet? Un rotundo sí.
Las adult adnetworks ante todo son eso, adnetworks, ellas compran y venden anuncios y tráfico, con lo cual, no les hace falta mostrar nada más que cifras e información, todo muy claro, ¿eh?
Empresas que se nutren, y con gula, de la esclavitud y la aberración de la mujer se anuncian en Internet y en congresos como el de Barcelona.
Sí, también tienen los suyos propios. Si lo de Barcelona, con todo lo que supone dentro y fuera del mismo, es un auténtico mercado de mujeres, imaginaos cómo será un congreso de Adult Digital Content. Ahí sí las adnetworks llenan sus stands de chicas en bikini, o en top less, y por la noche hacen fiestas lap dance para sus colegas y clientes.
Echadle un vistazo, no os preocupéis, es casi como la de cualquier otra summit, lo peor está en el interior, en el propio evento.
Después de todo eso, me queda solo una pregunta, espero que me deis respuestas, porque lo tenemos que hacer entre todas:
¿Cómo podemos acabar, entonces, con la industria del porno?
Por Chopito’s mum.
Fuentes:
https://www.recode.net/2017/9/14/16294450/mobile-ad-spending-growth-worldwide
https://www.mobidea.com/academy/advertisers-vs-publishers/
https://www.adspyglass.com/blog/best-adult-ad-networks/
https://www.mobidea.com/academy/adult-ad-networks-analysis/
https://mundohispanico.com/dinero/5-estados-donde-no-cobran-impuestos-taxes
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