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Cómo llevarse bien con los cuñados en Nochebuena

Oh, ya está aquí la navidad, ese momento del año en que todo es paz y amor, buenos deseos… y cenas familiares.

Sé que no todas tienen la suerte de tener una familia perfecta, de tener unos cuñados y cuñadas majísimos, de llevarse bien con la familia política… así que he redactado unos pocos consejos para tratar de hacer la navidad y sus compromisos un poquito más llevadera, sobre todo si eres feminista y la cosa está que arde, como casi siempre.

  1. Tomate una tila. Parece un consejo un tanto bobo pero ir relajada de antemano te va a valer para no entrar al trapo a la mínima frase. Y es que siempre está ahí tu cuñado, que sabe de qué pie flojeas y te suelta la primera pregunta así, a bocajarro, en los entrantes ya, para ir haciendo boca de lo que él cree que va a ser una noche memorable.  Y es que el mansplaining de tu cuñadísimo es así de inoportuno. Como buen hombre que lo sabe todo, quiere enterarse de tó lo vivo, de lo que opines o hagas para poder llevarte la contraria y decirte lo equivocada que estás y cómo deberías pensar. No te alarmes. Si vas relajada de antemano podrás sonreír y decirle, ¡Paco, que estamos en navidad, hombre! Puedes sustituir la tila por un Diacepam sobre todo si tu cuñado es de los persistentes. Vas a necesitar droga y lo sabes.
  2. Vístete de rosa. Eso los desarma. No es lo que esperan y los va a confundir tanto que quizá llegues a los turrones sin haber tenido la necesidad de matar a nadie. Ellos esperan que vayas de negro, con bandanas moradas, con el pelo rapado o que quizá te hayas cortado un flequillazo recto en medio de la frente para celebrar la ocasión. Vaya, que esperan que entres ya pidiendo guerra solo por tu aspecto. El rosa, en cualquier variante, excepto el rosa fucsia que es demasiado estridente, no encaja en la idea que tienen de su cuñada feminazi y los va a dejar sin saber dónde ubicarte durante un largo rato.
  3. Evita las conversaciones que sepas que van a dar mal rollo. Eso ya es culpa tuya ¿eh? Si es que no puedes tener la boca cerrada. A ver a qué viene ahora, en medio de una gamba, criticar al rey, a Raphael, a los machirulos que salen en la tele en los especiales de Nochebuena o simplemente a tu jefe. Mucho menos a ellos que no han puesto ni un plato en la mesa.  No seas tú la que saque la conversación. Luego la culpa será toda tuya y te lo habrás buscado. Que sí, que podemos decir lo que queramos pero ellos son de los que piensan que es mejor que tengamos la boca cerrada y por una vez en tu vida podrías dejar de hacer campaña…hazlo por tu madre que lleva horas en la cocina rellenando el pavo y días limpiando la casa. Sacrifícate un poco.
  4. No te tomes nada en plan personal. Que ya sabes como son y no lo dicen por ti, así que no te enfades ni te sientas ofendida. Cuando hablan mal de las mujeres, cuando llaman feminazis a las feministas, cuando lanzan su opinión de mierda no lo dicen por ti personalmente, lo dicen en general. No personalices las críticas. No es que ellos piensen eso de ti, es que lo piensan de tooodas las mujeres, así que nada, reparte la culpa de los males del mundo entre todas, y así no te será tan pesado cargarlas durante esa cena. Sororidad, hermana.
  5. Sáltate la dieta. Qué coño, es navidad. Que sepas que la imagen que se tiene de las feministas es de gordas, feas y masculinizadas. Así que olvídate de todo y disfruta de los manjares que haya en la mesa como si no hubiera mañana. Las mujeres necesitamos estar bien alimentadas para continuar en la pelea.
  6. Aprende respiraciones de relajación y búscate un mantra que ir recitando mentalmente para tranquilizarte. El mío es: “uno, dos y tres, yo me calmaré, todos lo veréis”. Me suele funcionar siempre y cuando la cosa no vaya a mayores y me toquen demasiado las narices. En todo caso te va ser útil solo hasta el segundo plato.
  7. Los niños son un gran recurso. Disfruta de tus sobrinos y de tus hijos, juega con ellos, canta villancicos, toca la pandereta. Ellos son inocentes por completo y no tienen la culpa de que sus padres sean idiotas. Además apartarte un poco de la adultez va a ser un buen respiro y quizá hasta te reconcilie con la raza humana.
  8. Evita frases puntiagudas del estilo “¿y si fregáis vosotros?” Ahí puede que hasta tu padre te mire mal. Es el momento de comprarle un lavavajillas a tu madre si aún no lo tiene  y si quieres evitar males mayores puedes hacer dos cosas, a saber: dejar que frieguen tus hermanas, pá que se han casado con esos idiotas; que se jodan, o bien solidarizarte con ellas y ayudarlas en la carga mientras haces campaña feminista desde la retaguardia con las manos llenas de jabón. La batalla también se da en las trincheras. Tú verás qué es más útil y va mejor contigo.
  9. No entres al trapo. No te dejes llevar por los instintos y cuando te pregunten para cuando los niños o para cuando la boda o para cuando lo que sea no preguntes por la fecha de su trasplante de cerebro. Sé cauta. A veces una retirada a tiempo es una victoria.
  10. Evita el alcohol. Ya se sabe que los borrachos y los niños dicen siempre la verdad y Nochebuena no es el mejor día para cantarle las cuarenta a nadie… tienes 364 días más para poner las cosas en su sitio.
  11. Quiere a tu cuñada. Es buena chica, pero no tenéis nada en común y  no acabas de tener confianza. A ver, que no todas las mujeres se saben saltar el sistema, algunas están muy bien adoctrinadas incluso muchas hemos ido a colegios de monjas y eso, te lo digo yo, cuesta mucho superarlo.
  12. Joder, que solo es una noche. Como mucho dos. Ármate de paciencia. Las cosas no van a cambiar de la noche a la mañana solo porque tú te rebotes con tu cuñado y trates de cambiar el mundo desde el comedor de casa, la lucha está en todas partes y todos los días, tiempo tendrás de tratar de cambiar el mundo.

A ver, que esto son solo unos pocos consejos así en general. Cada caso es muy concreto pero sí guardan semejanzas unos con otros por lo que pueden resultar útiles aunque requieren un poquito de sacrificio por tu parte. En todo caso, siempre puedes ponerte el mundo por montera y mandar a tu cuñado a la mierda, pero luego no te quejes si resultas ser la feminazi malhablada de la familia que jode las fiestas…la resignación de roles familiares está a la orden del día en estas fechas.

Sea como sea, pasa una feliz navidad y te deseamos un grandísimo año nuevo lleno de cosas buenas y mucha fuerza. La vamos a necesitar.

Por Nina Peña (@ninapenyap)

 

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