Han pasado unos días desde la mayor polémica de esta edición de Operación Triunfo. Se trataba de María Villar, la concursante que en numerosas ocasiones se reivindicaba como feminista y que luchó (sin éxito) por que suprimieran la palabra mariconez de la canción Quédate en Madrid de Mecano. Su originalidad y personalidad a lo largo de todo el programa se han visto eclipsadas por la reciente aparición televisiva de su novio , Pablo Amores.
Cuando María estuvo nominada, siguiendo la dinámica del concurso, éste fue a visitarla, y Roberto Leal, el presentador, le hizo la entrevista “estándar” del formato: que si creía que su novia lo estaba haciendo bien, que qué era lo que más echaba de menos de ella… La cosa no empezó bien, pues simplemente la imagen y manera de expresarse del novio de María, supuso lo que media España ha denominado como “un gran episodio de vergüenza ajena”. Pablo decía reiteradamente que lo que más había echado de menos era el culo de María, y que en pantalla aparecía muy buenorra. El presentador, no muy avispado, preguntó que qué era lo primero que iban a hacer si María salía expulsada, y, tal y como se veía venir, Pablo dijo: “follar”. Lo más sorprendente de esta escena es que, aunque el plató entero no sabía donde meterse, María parecía de lo más cómoda, como si ese fuera su día a día.
Semejantes declaraciones abrían un gran debate en las redes sociales, sirviendo a muchos para criticar a María, quitándole el “carnet de feminista” pues su novio les parecía un machista redomado y eso parecía excusa para desacreditar el movimiento en general y la lucha que ha llevado María en el programa en particular.
Dejando a un lado la relación que ellos puedan tener, si bien es cierto que la concursante en varias ocasiones ha luchado por la causa, ella se ha depilado en directo y ha gritado desde el baño diciendo “odio el patriarcado”, ha roto con cualquier estereotipo que el casting del programa se esfuerza en buscar de “chica mona, femenina, calladita y educada” haciendo actuaciones de lo más punkis como “Voy en un coche” y se enfadó cuando halagaron a su compañero Miki por ser feminista en vez de decírselo a todas las mujeres de la Academia. Y lo que es más importante, consiguió que todo el país se planteara que decir “mariconez” en la forma en la que lo hacía la canción es despectivo y homófobo.
Está claro que María no es políticamente correcta, si en una gala hasta se sacó un pecho en directo camino al coche. Y tampoco lo es su novio. Cierto es que ese tipo de actitud de cosificarla diciendo que lo que más echa de menos es su culo podría parecernos incorrecta, pero no conocemos su relación y en cualquier caso ¿serviría la actitud de él para desacreditarla a ella? ¿Por qué va a tener que ser su culpa el comportamiento de su novio? Hay grandes personalidades del feminismo, tales como Frida Kahlo, que no eran ejemplo de lo que se considera “una relación sana”, ¿y acaso eso sirve para quitarle el mérito sobre todo lo que hizo? En mi opinión no. Igual que en este caso no me parece excusa para decir que María ya no pueda ser feminista después de las declaraciones de su novio. Sin ir más lejos, la pasada edición vivió un episodio similar con Juan Antonio y su mujer, que dijeron que estaban deseando salir para bailar “un reggaetón lento”. ¿Será que en realidad lo que molesta es que María sea tan abierta en prime time con su sexualidad y lo haga de manera tan espontánea?
De hecho, cuando la entrevistaron al día siguiente en Fórmula TV decía: “No me he enterado de mucho pero se me hace muy raro que se le haya criticado. Fue super natural lo que pasó y es que yo lo conozco y me parece raro.” Hasta puso un tweet bromeando con la situación:
Las declaraciones de Pablo Amores para la sección sModa de El País confirman que ellos se relacionan de esta forma:
“Las visitas del concurso llegan y siempre dicen lo mismo: lo estás haciendo genial, eres un encanto, estamos muy orgullos de ti. Yo podría haber hecho eso. Pero yo no soy eso. No hablo con María así. Para mí el amor es ser puro y hablar y decir que quiero follar, que me encanta su culo, que me encantan sus tetas y que me encanta su sonrisa. Que me encanta todo de ella. Me podéis llamar impresentable y vulgar, pero María y yo hablamos así todo el rato, como se habla en la relaciones de este siglo. No le voy a decir ‘quiero hacer el amor contigo’. Me parece muy fuerte que a María nadie le haya preguntado nada y le quiten la libertad de decir si eso le hace sentir cómoda o incómoda. Y eso sí que es machista. Como si ella no opinara nada”.
Es cierto que te puede parecer mal la actitud de Pablo, que puede ser que sacado de contexto la cosifique, pero ¿Es excusa que este chico diera “vergüenza ajena” para que ahora toda la lucha durante el concurso de María no sea válida? Y sobre todo, ¿dónde queda la libertad de María de hacer y estar con quien le de la gana?
Por @CrisHdzCarrillo
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