Normalmente me suelo dirigir a mujeres cuando hablo de feminismo para que analicen ciertas situaciones y de ahí que den el paso a liberarse de sus presiones que sufren como mujeres, pero esta vez haré una excepción. Hay una idea bastante extendida (sobre todo por redes) que pone a las feministas como pregoneras de prejuicios y odio hacia los hombres. Se crea el pensamiento, completamente malintencionado, de que el peor enemigo de un hombre son las feministas y que quieren imponer unas normas.
Querido compañero, tu enemigo no es el feminismo. Tu enemiga no soy yo. No te lo vas a creer, pero tu mayor oponente es un machista. Sí, como lees.
Las feministas entienden que puedas llorar porque nadie es de piedra y todos tenemos sentimientos. Un machista te deshumaniza y te llama maricón (rara sea la vez que un machista no sea a su vez homófobo y viceversa) Una feminista comprende que te puedas enamorar; el hombre misógino no, su principal idea que le rondará en la cabeza es que ya tienes churri únicamente para tirártela. Ni se le pasa por la cabeza que puedas querer a una persona.
También el machista, en otro contexto excusará al violador por la ropa y dirá “es que iba provocando” “es que los hombres no nos podemos controlar” como si fueseis bestias sin empatía. Lo que me llama la atención es que es precisamente este argumento, tan discriminatorio para los hombres, no tenga tanto reproche entre ellos. Luego, lo entiendes: se cree el ladrón que todos son de su condición.
Como con ejemplos todo se entiende mejor, os pregunto: ¿Os acordáis cuando el Gobierno proponía el “sólo sí es sí” para reformar el Código Penal? Decenas de cuentas machistas por aquel entonces bromearon con jurar ante notario porque “ahora los hombres estaban desprotegidos”. Bien, pues todas esas cuentas que acusaban a las feministas de acusar y menospreciar a los hombres, daban por hecho de que muchos de ellos iban a ser denunciados. Cuando una persona quiere mantener relaciones sexuales, lo dice y lo muestra: es participante y activa. En resumen: estaban dando por hecho que todos los hombres en el sexo se comportan igual. ¿Os imagináis si eso mismo lo hubiese dicho una feminista? Nos podemos imaginar los resultados.
No será la primera vez que quieran justificar lo justificable, y cuando las mujeres alzamos la voz ante ciertos acontecimientos terribles, resulta que las violentas somos nosotras. Nos llaman agresivas cuando protestamos porque así nos han querido toda la vida: calladitas y sumisas.
Habría que concienciar a hombres y mujeres que, cuando algo ocurre con cierta frecuencia, es porque no es algo causal. Y no, no estamos haciendo diferencias entre ambos géneros, estamos analizando diferencias que ya existen, pero se normalizan. Necesitamos feminismo para liberar y emancipar a las mujeres, la consecuencia de esto será la igualdad, que liberará a los hombres a su vez de la masculinidad tóxica.
Por eso te animo a que nos escuches. No será fácil, habrá muchas cosas que no querrás oír y seguramente te parecerán una exageración al principio. Pero todo tiene su raíz, y los cimientos del patriarcado nos acaban ahogando.
La igualdad no debería ser una meta, sino un hecho, y una causa por la que luchar día tras día.
Por: Estíbaliz (@DamadelaLocura )
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