31 diciembre, 2017
Querido hombre de a pié:
Seguramente te sientas realmente indignado cada vez que una mujer te hace el desplante de no agradecer un «halago», porque claro, cada vez que le dices a una desconocida «qué guapa estás!» cuando vas por la calle, lo mínimo que esperas es una sonrisa, lo entendemos, porque has sido socializado para que todos tus deseos, sobre todo los sexuales sean ordenes, porque las mujeres (y esta es otra lección socializada) según tú, deben ser sumisas y estar siempre felices ante los comentarios que hagas.
El hecho de que no sea tu culpa, no significa que esté bien que lo sigas haciendo, porque la verdad es que a las mujeres no nos gustan tus comentarios sobre nuestros cuerpos, no nos interesa en lo absoluto saber lo que piensas de nosotras, porque, aunque la sociedad te haya dicho que estamos pensando en banalidades como maquillaje, zapatos y cosas brillantes, lo cierto es que estamos deseando ser libres, libres de verdad, libres como eres tú. Dicen que la libertad es la ausencia del miedo, y esa idea nos gusta, sólo imaginar que podemos ser libres y salir a la calle sin temor de cruzarnos con tipos como tú, nos hace darnos cuenta de que nuestra lucha por la igualdad no debe detenerse.
Sabemos que tú no tienes idea del miedo al que nos referimos, y por eso te burlas de lo que decimos, tú puedes disfrutar con tranquilidad de una quedada tus amigos sin temor de que alguna de las personas que se te acerquen te diga algo que no quieres oír, sin temor de que te toquen sin que lo pidas, sin temor de que te manoseen durante un baile, sin temor de que te pongan alguna droga en la bebida para luego llevarte a un lugar al cual no quieres ir, y una larga lista de acciones no deseadas que seguro estás harto de escuchar, pero que es necesario que lo repitamos mil veces a ver si puedes reflexionar sobre todas las cosas de macho-pelo-en-pecho que has aprendido.
El acoso es un problema serio, ¿no te has puesto a pensar el porqué de que sólo los hombres se sienten con la potestad de decirle cosas a las mujeres por la calle? ahora no vengas a decir que alguna mujer te dijo algo subido de tono, o que conoces al amigo del amigo de tu compañero de piso al que le pasó eso, veamos las cosas objetivamente: los hombres han sido socializados para ser dueños del mundo y esa idea la reflejan en su comportamiento en el espacio público, y sobre todo en el trato a las mujeres.
No caigas en el viejo y absurdo argumento que somos las mujeres las que provocamos el acoso, porque independientemente de la ropa que usemos, la estación del año y la hora del día, las mujeres sufrimos acoso callejero y en la mayoría de los casos de hombres como tú, a quienes la sociedad considera normales, y justamente es ese el problema, que la sociedad ve como normal un comportamiento que nos afecta directamente y que produce un impacto negativo en nosotras, porque no es halagador (aunque te empeñes en negarlo) que nos digas cosas por la calle, que nos silbes como si fuéramos perros, que nos mires lascivamente, que grites improperios sexuales o los susurres… No es halagador que con esos comentarios y comportamientos nos hagas sentir que somos únicamente objetos al servicio de tu placer sexual.
Y no digas que tú no haces comentarios sexuales por la calle, que sólo dices cosas lindas y educadas, entérate de una vez que no nos interesa oír lo que tengas que decir sobre nosotras o nuestro cuerpo, y si de verdad no dices nada, pues no esperes aplausos porque eso es lo que en realidad todos los hombres deben hacer. Y si eres uno de esos pocos que respetan a las mujeres, pues asegúrate de corregir a tus compañeros, amigos, colegas de oficina y todos los hombres de tu familia y entorno más cercano, lo que queremos es construir un futuro en igualdad y una sociedad justa, no queremos que alardees sobre tu buen comportamiento ante nosotras, queremos que enseñes a los hombres que No es No y que las mujeres merecemos respeto.
Esta nochevieja, luchemos por una velada libre de acoso.
El hecho de que no sea tu culpa, no significa que esté bien que lo sigas haciendo, porque la verdad es que a las mujeres no nos gustan tus comentarios sobre nuestros cuerpos, no nos interesa en lo absoluto saber lo que piensas de nosotras, porque, aunque la sociedad te haya dicho que estamos pensando en banalidades como maquillaje, zapatos y cosas brillantes, lo cierto es que estamos deseando ser libres, libres de verdad, libres como eres tú. Dicen que la libertad es la ausencia del miedo, y esa idea nos gusta, sólo imaginar que podemos ser libres y salir a la calle sin temor de cruzarnos con tipos como tú, nos hace darnos cuenta de que nuestra lucha por la igualdad no debe detenerse.
Sabemos que tú no tienes idea del miedo al que nos referimos, y por eso te burlas de lo que decimos, tú puedes disfrutar con tranquilidad de una quedada tus amigos sin temor de que alguna de las personas que se te acerquen te diga algo que no quieres oír, sin temor de que te toquen sin que lo pidas, sin temor de que te manoseen durante un baile, sin temor de que te pongan alguna droga en la bebida para luego llevarte a un lugar al cual no quieres ir, y una larga lista de acciones no deseadas que seguro estás harto de escuchar, pero que es necesario que lo repitamos mil veces a ver si puedes reflexionar sobre todas las cosas de macho-pelo-en-pecho que has aprendido.
El acoso es un problema serio, ¿no te has puesto a pensar el porqué de que sólo los hombres se sienten con la potestad de decirle cosas a las mujeres por la calle? ahora no vengas a decir que alguna mujer te dijo algo subido de tono, o que conoces al amigo del amigo de tu compañero de piso al que le pasó eso, veamos las cosas objetivamente: los hombres han sido socializados para ser dueños del mundo y esa idea la reflejan en su comportamiento en el espacio público, y sobre todo en el trato a las mujeres.
No caigas en el viejo y absurdo argumento que somos las mujeres las que provocamos el acoso, porque independientemente de la ropa que usemos, la estación del año y la hora del día, las mujeres sufrimos acoso callejero y en la mayoría de los casos de hombres como tú, a quienes la sociedad considera normales, y justamente es ese el problema, que la sociedad ve como normal un comportamiento que nos afecta directamente y que produce un impacto negativo en nosotras, porque no es halagador (aunque te empeñes en negarlo) que nos digas cosas por la calle, que nos silbes como si fuéramos perros, que nos mires lascivamente, que grites improperios sexuales o los susurres… No es halagador que con esos comentarios y comportamientos nos hagas sentir que somos únicamente objetos al servicio de tu placer sexual.
Y no digas que tú no haces comentarios sexuales por la calle, que sólo dices cosas lindas y educadas, entérate de una vez que no nos interesa oír lo que tengas que decir sobre nosotras o nuestro cuerpo, y si de verdad no dices nada, pues no esperes aplausos porque eso es lo que en realidad todos los hombres deben hacer. Y si eres uno de esos pocos que respetan a las mujeres, pues asegúrate de corregir a tus compañeros, amigos, colegas de oficina y todos los hombres de tu familia y entorno más cercano, lo que queremos es construir un futuro en igualdad y una sociedad justa, no queremos que alardees sobre tu buen comportamiento ante nosotras, queremos que enseñes a los hombres que No es No y que las mujeres merecemos respeto.
Esta nochevieja, luchemos por una velada libre de acoso.
Por Lara Salvatierra @larasalvatierra
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