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HABLEMOS DE VOSOTROS, COMPAÑEROS.

Feminismo, igualdad, mujeres en lucha, hombres, aliados, compañeros

Hace unas semanas saltaba la noticia: “Marta Lamas en diálogo con XY”. En el panel que anunciaba el debate solo había hombres, hombres que iban a hablar sobre feminismo. No voy a mentir y no decir que el móvil casi se me cae de las manos al volver a ver carteles en los que no figura ninguna mujer y, para más inri, en homenaje a Marta Lamas.

A sus 70 años Marta Lamas es todo un referente feminista en México. Ha dedicado casi 50 años de su vida a esta lucha. De ahí que, si se celebra un coloquio en homenaje a sus años de trabajo e investigación el hecho de que en el anuncio solo figuren hombres nos resulta, como mínimo, extraño. Las críticas ante un supuesto de mansplaining no tardaron en aparecer en redes sociales, por lo que la señora Lamas tuvo que salir al paso: “era una provocación, un guiño, algo divertido, lúdico y creativo para mostrar que también hay hombres que han seguido mi trabajo y el pensamiento y lucha feminista” explicaba la antropóloga.[1]

¿Pueden los hombres hablar de feminismo? ¿Qué papel les corresponde? El feminismo es la lucha que abanderamos las mujeres, somos las protagonistas y sin nuestras predecesoras no habríamos conseguido ninguno de los derechos de los que hoy disfrutamos al igual que la población masculina. Pero los tiempos cambian, o eso dicen. Ahora, tengo amigos feministas, o así se consideran ellos, ya que el determinar si un hombre puede ser feminista o aliado es cuestión a tratar aparte. Ahora, hay muchos hombres que reclaman su sitio en el feminismo. Ahora, algunos hombres se ofenden por los espacios no mixtos. Incluso hay hombres que dan lecciones sobre feminismo.
Una vez fui testigo de una conversación entre dos chicos jóvenes sobre si eran o no feministas. Uno decía que, si estás en contra del machismo y lo criticas; voilá, ya eres feminista. El otro le rebatía, que eso no bastaba. Pensé en ello. Me preguntaba si aquel que decía no ser feminista lo hacía por miedo a las repercusiones que eso puede tener. “Tío, ¿qué eres feminista?” como si fuera algo malo, oye. Malo no, pero mal visto; sí. Resulta embarazoso que la palabra feminismo, cause más rechazo que todo lo que genera el machismo. Si os sorprende solo tenéis que ver declaraciones de hombres o mujeres famosxs recurriendo a la socorrida proclama de “ni machismo ni feminismo, igualdad “que muchxs han cogido por bandera. Y es que mientras sea de interés saber si un personaje público es feminista o no; o, qué opinión le merece este movimiento estamos sentenciadxs a seguir escuchando (espero que no por mucho tiempo) este tipo de respuestas que parecen ser políticamente correctas. Propongo que dejemos de ser políticamente correctos: aquí y ahora.

No os toméis lo que viene a continuación como una ofensa; no lo es. Simplemente hay ocasiones en las que tenéis que permanecer callados y dejar que sea una mujer la que hable; y, me refiero a esas ocasiones en las que no podéis saber lo que se siente porque no sois mujeres y no habéis sentido nunca, ni sentiréis, lo que es ser menospreciada, oprimida o cosificada. No sois mujeres y debéis entender que haya espacios en los que vuestra voz no sea requerida. A causa del patriarcado, sistema dominante de nuestra sociedad, vuestra narrativa ha estado siempre por encima de la nuestra, lo que tiene que decir un hombre ha de ser escuchado y no se duda nunca de su valía. Domináis, por vuestra condición de hombre, cualquier esfera y, por vuestra tendencia a ser el macho dominante, parece que queréis incluso llegar a liderar la lucha feminista. No. Esa es la respuesta. Estamos todavía lejos de conseguir una igualdad fáctica entre hombres y mujeres por lo que, como comprenderéis, en esta lucha que es nuestra, no debéis de ofenderos si alguien os dice que no es vuestro momento.

Está claro que los hombres tienen un papel en esta causa, yo así lo creo; y, creo también que este papel es necesario. Mentiría si dijera que no necesitamos de la parte activa de los hombres para algunos cambios. Nuestra lucha no es excluyente: necesitamos que los hombres tomen conciencia de la causa y se comprometan con ella, pero desde su sitio. Sin embargo, percibo que hay algo de confusión respecto a cuál es ese papel que deben de tomar. Pues bien, en primer lugar, si hay algo que nunca debe hacer un hombre que se considera feminista o que sea consciente de la opresión ejercida sobre la mujer y comparta nuestra revolución es quejarse sobre su papel. Lo que quiero decir es que, yo como feminista, valoro muy positivamente que quieras unirte a la lucha, pero tu sitio no está delante del nuestro. Debes comprender que tu sitio es dejarnos paso, permanecer en un segundo plano, apoyarnos. Para ejemplificar esto vamos a pensar en el colectivo homosexual, donde no vemos a heteros a la cabeza de las manifestaciones. En el racismo, pasa igual con la raza negra. Todos los colectivos oprimidos son los protagonistas en su lucha.

Quizás sea algo obvio, pero, tampoco queremos a nuestro lado a hombres que nos cuestionen, que cuestionen nuestra lucha o duden de lo que queremos. Por supuesto, no queremos mansplaining. Por ello, necesitamos que desde el primer momento en el que decides ponerte las gafas violetas reconozcas tu posición de privilegiado y actúes en consecuencia. No esperamos de ti que seas el perfecto feminista, tanto tú como nosotras hemos sido educadxs en el mismo sistema, no hemos recibido una educación en igualdad y, por tanto, todos tenemos actitudes machistas. No pasa nada, acepta tu posición. Lo mejor que puedes hacer es ser consciente de ella, ser autocrítico y corregir esas actitudes. Así sí estás ayudando.

Queremos que lleves el feminismo a tu día a día, que compartas los reclamos en aquellos espacios en los que tu voz cuenta más que la nuestra. ¿Una quedada con amigos donde seguro que se escucha algún comentario misógino? A mí me parece un escenario perfecto para empezar, allí donde tu voz es escuchada por encima de la nuestra, es donde haces falta. Me acuerdo que cuando iba al colegio una profesora de matemáticas siempre nos decía que teníamos que hacer los ejercicios para comprobar si de verdad habíamos entendido la teoría que nos había explicado, que teníamos que poner en práctica lo aprendido. Con el feminismo pasa igual. Si eres capaz de ponerlo en práctica, entonces lo has entendido. Si entiendes que no se trata de “ayudar” en casa, sino de responsabilizarte de ella igual que tu pareja; si tenéis hijxs y entiendes que los cuidados y la educación os corresponden a los dos y que no se trata de “ayudar a cambiar pañales” sino de ir a esas reuniones de padres o dejar el trabajo para ir a recogerlxs cuando llaman del colegio porque están enfermxs. ¿Acaso es más importante tu carrera profesional que la suya? ¿Crees que las mujeres tenemos un poder especial para hacer que los niñxs se recuperen de forma inminente y que por eso es mejor que “nos ocupemos” nosotras? Es importante que interiorices no hacer este tipo de cosas esperando una ceremonia de agradecimiento. Las mujeres lo llevan haciendo a lo largo de toda la historia de la humanidad.
Kelley Temple, activista feminista de Reino Unido, publicó un tweet hace algunos años que puede resolver este dilema: “Los hombres que quieren ser feministas no necesitan que se les dé un espacio en el feminismo. Necesitan coger el espacio que tienen en la sociedad y hacerlo feminista. Si entiendes esto, has entendido todo. Hace poco el músico Rayden aprovechaba una entrevista en la que venía a decir más o menos lo mismo que Temple sobre el papel de los hombres en el feminismo[2]. ¿Pero sabéis qué? Que tenemos un problema. Sí, lo tenemos. No creáis que porque un varón de raza blanca socialmente bien posicionado se manifieste públicamente como comprometido con la lucha y rechace abiertamente los contenidos machistas de nuestra televisión podemos bajar el telón porque ya está todo hecho. El problema existe porque lo que dice un hombre sigue teniendo mucha más trascendencia que lo que diga una mujer, aunque el mensaje sea el mismo, aunque sea una evidencia empírica. Esto es así. Basta ya de callarnos. Tenéis miles de esferas a vuestra disposición para poder actuar, para poder ir pasito a pasito formándoos en feminismo, aprendiendo y, difundiendo. Lo que viene ahora es un proceso de reflexión interno y aprendizaje, de tomar conciencia feminista. Es entonces cuando comienza vuestra lucha por esta causa. Encontraréis enemigos, os sentiréis solos, comprenderéis que es un camino largo y tedioso; pero, desde un primer momento sabréis que vuestro trabajo es justo.

Debéis posicionaros en contra de todo tipo de violencia que se ejerce sobre la mujer, debéis apoyarnos en nuestras reivindicaciones, debéis reconocer el sistema patriarcal como sistema opresor y debéis posicionaros en su contra, dispuestos a romper los estereotipos de género y a construir una nueva masculinidad, desterrando los valores de referencia. Si el patriarcado no os representa, uníos a la lucha.
Compañeras, no habrá revolución verdadera hasta que no se libere a la mujer”. Thomas Sankara, Presidente de Burkina Faso (1983-1987).
Ana L. Moreno @anizmoreno_
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[1] https://verne.elpais.com/verne/2017/10/03/mexico/1507050581_163390.html
[2] https://www.elespanol.com/cultura/musica/20171019/255475244_0.html

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