¿Una Transición Significativa? – Julia Long
12 de mayo de 2020
Si el sexo no se puede cambiar, ¿por qué las feministas críticas con el género inglesas dan credibilidad los términos “transexual” o “transmujeres”?
En el imprescindible y reciente artículo1 de Jennifer Bilek sobre “las transmujeres buenas” se iniciaba una conversación que llevaba tiempo gestándose sobre el rol y la influencia de las personas “transexuales” en los espacios críticos con el género. En este texto, continuaré esta conversación teniendo en cuenta los efectos entorpecedores que conlleva su presencia con respecto al pensamiento y lenguaje críticos que utilizamos en nuestro contexto de Inglaterra.
El lenguaje determina aquello que es perceptible, lo que se puede pensar, aquello que es posible y conocible en el seno de una cultura. El lenguaje se desarrolla para poder apoyar y permitir ciertas formas de pensamiento, o se suprime para desalentarlo. La velocidad y facilidad con la que términos nuevos se establecen determina lo rápido que se normalizan estas nuevas realidades sociales; “distancia social” o “auto-aislamiento” son ejemplos obvios y actuales de ello. La relación entre las palabras que utilizamos y las vidas que vivimos, recordando la frase de Andrea Dworkin, constituyen una “relación umbilical”.
Esta relación no puede ser más obvia que en el fenómeno del “transgenerismo”1, que, a lo largo de la última década, más o menos, ha introducido, vertiginosamente, lo que parece un sinfín de nuevos términos y conceptos evidentemente absurdos: “identidad de género”, “transmujer”, “no-binario”. Debido a que estos términos se basan en falsas premisas y pueden ser fácilmente expuestos como ficticios, resulta extraño que el movimiento crítico con el género inglés2 haya mostrado una escasa voluntad de rechazar con contundencia este lenguaje pernicioso del transgenerismo. Grupos de gran repercusión como A Woman’s Place UK2 (WPUK – El lugar de una mujer) y Fair Play for Women3 (Un Juego Justo para las Mujeres) insisten en que están a favor de los derechos de “las personas transexuales”, y hacen un uso frecuente de términos como “mujer trans” o “transmujer”, y se refieren a estas personas como “ellas” (utilizando pronombres en femenino) si estos hombres así lo exigen. Por tanto, y paradójicamente, mucho de lo que se escribe y se dice en nombre del movimiento feminista crítico con el género inglés acaba haciendo, de hecho, el trabajo ideológico del propio transgenerismo, promulgando sus ficciones mediante la legitimación y validación de éstas al utilizar su lenguaje.
Los términos “transexual” y “transmujer” son ejemplos particularmente flagrantes de ello. Resulta chocante que, mientras las feministas críticas con el género insistimos, correctamente, en que no es posible cambiar el sexo, muchas casualmente continúan utilizando estos términos “transexual” y “transmujer”3, como si ese cambio fuera, de facto, posible, y como si esos individuos existieran. Esta posición extrañamente contradictoria es constantemente normalizada – exigida, incluso – en eventos que son llevados a cabo por grupos como WPUK4 y Filia5, y en los escritos y discursos que ofrecen feministas mediáticas como Julie Bindel6 y Sarah Ditum7 y académicas como Kathleen Stock8 y Selina Todd9. Las disidentes que señalan esta contradicción y directamente nombran a estos supuestamente llamados “transexuales” como hombres están viendo cómo lo que dicen es tergiversado y denunciado como deliberadamente provocador, irrespetuoso y cruel10.
Por tanto, ¿por qué se está dando credibilidad a los términos “transexual” y “transmujer”? Una respuesta más que obvia yace en la propia presencia de estos hombres en el movimiento crítico con el género, que, previsiblemente, ha conllevado un efecto adormecedor en la habilidad y voluntad de las mujeres de hablar claro. En 2018, dos hombres, Kristina Jayne Harrison y Debbie Hayton, coparon un tercio del evento de la WPUK entre ellos. Siendo presentados y anunciados como “transmujeres”, sus discursos fueron acogidos con gran entusiasmo, frecuentemente incluso sobrepasando la recepción que se otorga a las ponentes mujeres. La charla de Harrison11 en la WPUK en Hastings es la segunda más popular de todas ellas en el canal de Youtube de WPUK, con una notoria cifra de 23.000 visionados (mientras que la mayoría de las charlas consiguen alrededor de 2 o 3 mil visionados).
Ambos Hayton y Harrison tienen una historia en lo que se refiere a la defensa por los “derechos” de los hombres que se dicen mujeres a ser tratados como tales y a la intromisión en los espacios de mujeres. Profesor y sindicalista12, Hayton ha contribuido a la guía de Igualdad Trans en Colegios y Universidades13 que declara que “El profesorado transexual debería tener libertad para utilizar baños apropiados a su género adquirido”. Un autoginéfilo auto-declarado, Hayton apoya el acceso a “la reasignación de género” y ha llamado a la “des-estigmatización de su parafilia14. Ver a la mujer de Hayton15 hablar sobre el impacto de sus decisiones en ella y sus hijas resulta cuanto menos incómodo. Y, por ello, resulta extraño, teniendo en cuenta su nombre (El Lugar de las Mujeres) y su misión declarada de “asegurar que se escuche la voz de las mujeres”, que la propia WPUK decida ofrecer la oportunidad de hablar, reiteradamente, a hombres que han puesto a sus mujeres en esta posición, en vez de a estas mujeres, mismamente (¿o es que el lugar de las mujeres es quedarse en casa mientras su marido “transmujer” lleva a cabo reuniones de mujeres?).
Harrison tiene una historia de jugar en equipos de futbol de mujeres16, de reclamar que él ha “vivido, trabajado y ha sido tratado como una mujer durante 20 años” y afirma que él “está casado con una lesbiana declarada”, nada de lo cual parece afectar adversamente la relación acogedora que recibe por las organizadoras de la WPUK o la defensora de los derechos de las mujeres y lesbianas Julie Bindel:
@KJ_Harrison: Sí, fue una reunión genial, y, además, como nota personal, fue realmente genial poder conocer a Julie Bindel.
@bindelj: Fuiste tan adorable como imaginé que serías.
@bindelj: Gracias, Kristina, eres una buena amiga.
@bindelj: Estuviste genial, Kristina. Sigue luchando pese a los insultos que te lanzan, y apoyando a las mujeres siempre.
Harrison y Hayton se congratulan a ellos mismos en las reuniones de WPUK mediante maniobras lingüísticas que incluyen el hacer reclamaciones sobre su legitimidad y la habitual acogida que reciben desde el grupo social de “mujeres” mientras, simultáneamente, reconocen que ellos son hombres. La convergencia de ambos hechos parece embaucar a la audiencia de la WPUK, causando que las facultades críticas de la misma desaparezcan y, en cambio, apoyan sus declaraciones con un resonante aplauso y con comentarios de aprobación -o más bien, sinsentidos- como estos: “¡Kristina sabe que ella es un hombre!” o “Kristina reconoce que sexo es distinto de género y es una transmujer.”
El status reverenciado de Harrison y Hayton se debe a su éxito a la hora de convencer a la audiencia de que ellos son “transmujeres”, y lo hacen de forma reiterada, invocando ese proceso de tinte misterioso que supuestamente han experimentado, al cual se refieren como “una transición significativa”. Un término que tiene hasta aires de Comedia de la Restauración* (y sería digna de tal trato, algo así como – Una Transición Significativa, una Comedia del Señor Harrison, será representada Esta Noche por la Compañía de El Lugar de las Mujeres WPUK) pero que, de todas formas, consigue desplegar a sus partidarios para persuadir a las mujeres de que hay algunos hombres que no pertenecen a la categoría de “hombre”. El término aparece en la propia charla de Harrison en Hastings de esta forma:
[Transexual] es un término que describe personas que, en su mayor parte, han experimentado o pretenden experimentar una cirugía de reasignación de género y un tratamiento hormonal, para cumplir con lo que yo describiría como una transición médica significativa.
… Y Hayton lo explica así en su charla17 de WPUK en Liverpool:
[La palabra transexual] incluye a aquella persona que ha realizado o pretende llevar a cabo una transición significativa que ha sido impulsada por la disforia de género.
… Y aquí, quizás de forma sorprendente para algunas, en su artículo de The Spectator18, dice Julie Bindel:
Soy educada y cortés, y utilizo los pronombres femeninos cuando me dirijo aquellos que han realizado una transición significativa.
Este concepto de “transición significativa”, aparentemente, se refiere a intervenciones médicas y quirúrgicas como la castración, la construcción de genitales femeninos falsos, implantes mamarios y regímenes hormonales. Sin embargo, debido a su reconocimiento reiterado de que es imposible cambiar de sexo, los reclamos de estos hombres de que la mutilación o la hormonación influyan en sus cuerpos de forma que se produzca una “transición” no son muy convincentes. De todas formas, lo que queda claro es lo que ellos pretenden que ese reclamo signifique. Según Kristina Harrison, esta “transición significativa”:
No solamente nos ayuda a nosotros a encajar en la realidad social del sexo opuesto… sino que también, de alguna manera, pone a muchas mujeres en una situación de mayor comodidad con el hecho de tener a personas nacidas hombres en sus espacios.
Dejemos que esto último cale. “Poner a las mujeres en una situación de mayor comodidad con tener a personas nacidas hombres en sus espacios”. He aquí un hombre hablando directamente a un grupo de mujeres supuestamente comprometidas a proteger los espacios segregados por sexo (espacios seguros para las mujeres) haciendo muy clara su ambición de acceder a esos espacios, y está siendo premiado con grandes elogios y aplausos.
Y aquí, dice Hayton:
Durante años, los transexuales han sido silenciosamente incluidos entre las mujeres, sea como un derecho obtenido mediante un GRC (Gender Recognition Ceritificate = Certificado de Reconocimiento de Género*) o por su consentimiento, en muchos casos: por ejemplo, en el mío, en el que no existe tal GRC. Y, en la vida real, las mujeres me incluyen en sus espacios porque ellas dicen que me quieren allí.
De nuevo, dejemos que esto cale. “Las mujeres me incluyen en sus espacios porque ellas dicen que me quieren allí”. Al igual que el comentario de Harrison arriba mencionado, esta declaración se hizo, precisamente, desde una plataforma de un grupo de mujeres cuyo supuesto cometido es preservar los espacios de mujeres, los espacios segregados por sexo. Lo que está claro es que esta frase de “una transición significativa” funciona retóricamente como una herramienta extraordinariamente exitosa empuñada por Harrison y Hayton, y sus aliadas como la WPUK y Bindel, para persuadir a las mujeres a aceptar que estos hombres son “transmujeres”. Nos quieren hacer creer que sus insultantes intentos de apropiarse del cuerpo de las mujeres mediante mutilaciones socialmente-aprobadas deberían funcionar como un pasaporte para ganarse el acceso a los espacios y comunidades sociales de las mujeres.
Merece la pena tomarse un momento para reflexionar sobre cómo Hayton y Harrison configuran esa categoría de hombres que “han experimentado o pretenden experimentar una transición significativa” incluye a hombres transgeneristas como John Ozimek / Jane Fae, Munroe Bergdorf, Warren / Heather Peto, Paris Lees, Shon Faye, Frank / Kellie Maloney, Sarah Brown, Mark Hellen / Natascha Kennedy, Liam / Lily Madigan* y el asesino convicto Peter Laing / Paris Green.
El interés de Hayton y Harrison en prevenir reformas que pudieran conllevar la auto-identificación de género es sólo una forma de crear una puerta de contención: estos hombres temen que los “transexuales”, otros como ellos, puedan perder acceso a los espacios de mujeres debido a las potenciales consecuencias que pudieran generarse porque la categoría “mujer” incluyese a aquellos hombres que, no como ellos, no hayan pasado por esa “transición significativa”.
A su vez, resulta interesante que Hayton y Harrison no formaran parte de los paneles de la WPUK en 2019, que eran menos, en número, que su panel de 2018. Pero, a estas alturas, su influencia estaba más que establecida, y el efecto de su presencia era evidente. Esto tomó un giro oscuro cuando, a principios de 2019, Harrison participó públicamente en la difamación y tergiversación de mujeres inglesas -entre otras, yo misma- que habían ido a EEUU a apoyar a las feministas que estaban creando conciencia y haciendo cabildeo (lobbying) contra las reformas legislativas allí propuestas, que hubieran tenido desastrosas consecuencias para las mujeres y menores.
Kristina Jayne Harrison: Por otro lado, están Julia Long, Venice Allen y Posie Parker de We Need to Talk (Tenemos que Hablar). Han hecho, a veces, un buen trabajo, no lo voy a negar, y no impugno a quien se haya podido involucrar en esto [We need to talk] en algún momento, ni dudo del compromiso de Julia, Venice, etc. para con las mujeres, pero siempre han sido hostiles hacia cualquier transexual que no esté de acuerdo con que su transición sea insignificante, o que no estén de acuerdo con que seamos simplemente hombres que deben volver al entorno que nos llevó a muchos a contemplar el suicidio. La hostilidad generalizada hacia las personas trans es la norma. Pero no han tenido éxito y, ahora, de manera bastante innecesaria, en vez de aprender de esas que están liderando el cargo [WPUK, Fair Play for Women, Filia, TransgenderTrend], parece que quieren encabezar una dirección aún más divisiva, que es incapaz de unir a las mujeres o a nadie de manera masiva.
Los intentos de Harrison de construir una narrativa sobre las voces legítimas/ilegítimas (basadas en una burda tergiversación y falsedades) en lo que es, principalmente, un movimiento de mujeres y en grupos de mujeres, revela un extraordinario nivel de prerrogativa masculina (male entitlement) y arrogancia. No deseo reproducir más partes de su comentario, ya que rápidamente desciende al reino de la difamación, pero lo que resulta aún más extraordinario es el entusiasmado apoyo que su pronunciamiento ha recibido por parte de comentaristas generalmente asociadas a los derechos de las mujeres y los derechos de las lesbianas.
Aunque resultara aleccionador, es necesario recordar que estos hombres habrían tenido poca influencia si sus voces no hubieran sido amplificadas por la WPUK y sus asociadas. Sería difícil imaginarse a estos hombres estableciéndose en el Movimiento de Liberación de las Mujeres en los años 1970s y 1980s, por lo que resulta particularmente irónico que en la más reciente conferencia de la WPUK se titulara Liberación de las Mujeres 2020. Es importante recordar, no obstante, que grupos y mujeres como la Alianza de los Derechos de las Lesbianas (Lesbian Rights Alliance19), En Pie por las Mujeres (Standing for Women20), Sheila Jeffreys, yo misma, y otras muchas mujeres activas en redes sociales no hemos permitido que las pretensiones de los hombres anulen nuestra percepción de la realidad. Estamos ya familiarizadas con otros dramas de autoría masculina como Una Afirmación Hipócrita (A Duplicitous Assertion) y La Postulación Absurda (The Preposterous Postulation), por lo que quizá seamos menos receptivas con esta larga y duradera performance de La Transición Significativa.
Gracias a Natasha Read y Kellie-Jay Keen-Minshull por enlazar las numerosas referencias de este artículo.
Aclaraciones terminológicas de Julia Long al final del texto:
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Pongo este término entrecomillado para llamar la atención al hecho de que este término, y todos los conceptos asociados al mismo, son ficticios, basados en premisas que no resistirían un análisis minucioso. El término “transgenerismo” solo tiene sentido si se utiliza para referirse a una ideología, con sus defensores siendo “transgeneristas”. Sin embargo, rara vez se utiliza así este término; al contrario, se usa de manera persistente, tanto por sus defensores como por la crítica, para referirse a un estado del ser – como si alguien pudiera ser, de algún modo, “transgénero”.
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Utilizo este término aquí para referirme a aquellos grupos e individuos que reclaman estar a favor de tanto los derechos de las mujeres como de los “derechos trans”. No me incluyo a mí misma en este grupo porque ni acepto la ficción del transgenerismo ni apoyo el “derecho” de nadie a ser tratado siguiendo esta ficción.
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El término “transmujer” (en vez de “mujer trans”) es utilizado por hombres que se consideran a sí mismos como “transexuales”.
Artículo original:
Autora: La Dra. en Ciencias Sociales Julia Long es una Feminista Lesbiana inglesa, conferenciante, investigadora del Censo de Feminicidios de Inglaterra y autora del libro Anti-Porn: The Resurgence of Anti-Pornography Feminism (Contra el porno: El Resurgimiento del Feminismo Anti-Pornografía).
Referencias bibliográficas:
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https://uncommongroundmedia.com/deconstructing-the-good-transwomen/
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https://womansplaceuk.org/a-record-of-womans-place-uk-meetings/
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https://filia.org.uk/speakers-2018/2018/9/13/kristina-harrison
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https://www.spectator.co.uk/article/Why-a-trans-woman-thinks-self-ID-is-a-mistake?fbclid=IwAR3quYexG8dVZD6uglmCuwNvw5R18S3bEFG8eBiSzhg3lL1hM37KH5VWNPY
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https://www.theguardian.com/commentisfree/2018/may/13/genderquake-failed-now-for-a-proper-trans-debate
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https://www.economist.com/open-future/2018/07/06/changing-the-concept-of-woman-will-cause-unintended-harms
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https://tuc150.tuc.org.uk/stories/debbie-hayton/?fbclid=IwAR33ipu7s6sUt7v4YzhVThNRUgE8rybu4uVL0jVfa5wAnXCgOWDx9FK20L0
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https://www.nasuwt.org.uk/uploads/assets/uploaded/085066bb-c224-40de-b79e2a1358801ee9.pdf?fbclid=IwAR0ziLYNPUAZgki_3qC8qu_jXFOY8WCNOrGezPIxSZUE1RmNbPNmmdjXljs
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https://debbiehayton.wordpress.com/2020/02/18/i-may-have-gender-dysphoria-but-i-still-prefer-to-base-my-life-on-biology-not-fantasy/?fbclid=IwAR0s_2T0uXK35a3b5F-5ZZJYWBds_FYhSaoNNTPeo-Bb-PHVyVPDlgvO1dM
Nota al pie de la traductora (@dradfem):
Los términos subrayados y señalados por un asterisco (*) serán explicados y contextualizados aquí:
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Comedia de la Restauración: La comedia de la Restauración (en inglés, Restoration comedy) es una forma de comedia inglesa datada del siglo XVII, que es famosa por su carácter sexual explícito. Se trataba de comedias escritas con tópicos de última hora y, característicamente, se titulaban con nombres grandilocuentes. La autora de este artículo, así, pretende caracterizar “Una Transición Significativa” como un término pomposo y rimbombante, además de cómico, porque resulta absurdo, a la par que retórico.
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GRC = Gender Recognition Certificate: El Certificado de Reconocimiento de Género es un certificado que puede obtener una persona transexual, según el Acto de Reconocimiento de Género de 2004 (Gender Recognition Act, 2004) de Inglaterra, a partir del cual se considerará a esa persona, a los ojos de la ley, según su género adquirido (adquired gender, sic.). Tal y como se asegura en las guías informativas de este certificado, a la persona que lo obtenga “se le permitirá acceder a los derechos apropiados a las personas de su género adquirido”. Es decir, les da derecho a los hombres, por ejemplo, a acceder a aquellos derechos y espacios reservados para las mujeres, si cumplen con los criterios requeridos, que son los siguientes:
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Tienen, o han tenido, disforia de género;
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Han vivido, plenamente, durante los últimos dos años, en su género adquirido, y lo continúan haciendo;
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Pretender vivir, permanentemente, en su género adquirido, hasta que mueran.
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Lista de transgeneristas:
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John Ozimek / Jane Fae: Además de “identificarse” como “mujer” y considerarse un “defensor de la libertad sexual” (está a favor del supuesto “trabajo sexual”, el BDSM… formas de violencia contra las mujeres), John ha escrito y publicado su propio libro “Domando a la Bestia”, en el que hace una defensa de la pornografía extrema.
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Asimismo, fue testigo para la defensa de Darryn Walker, acusado de posesión de pornografía extrema en 2009 por escribir una historia sádica sobre un grupo de pop de mujeres, llamado Girls Aloud (Chicas que se hacen oír), re-titulándola como las Girls (Scream) Aloud (Chicas a las que se les oye gritar), en la que relata cómo las desmiembra y realiza actos sexuales con las partes del cuerpo de las integrantes del grupo. Ozimek acudió como “testigo experto” y explicaba que este tipo de pornografía no supone ningún daño real para las implicadas, ya que en el porno extremo “no hay víctimas”.
Además, ha escrito artículos sobre cómo evitar que la policía te detenga por posesión de pornografía extrema: http://archive.is/ys5cW
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Munroe Bergdorf: Es un modelo transexual al que le ofrecieron ejercer como Embajador de la Sociedad Nacional de Prevención de la Crueldad en la Infancia, pese a ser un defensor del fenómeno drag kid (infancia drag); no obstante, debido a las fuertes protestas que llevaron a cabo las feministas inglesas, entre otras porque Bergdorf regenta el Pussy Palace (Palacio de los coños/gatitos), un club de drag queen, no consiguió este puesto.
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La autora de este artículo (J. Long) le pregunta a Munroe, en esta charla, sobre su opinión con respecto a que un niño de 11 años recibiera dinero por parte de hombres adultos por hacer drag, y Munroe parece apoyar esto y lo dibuja como un ejercicio de libertad por parte de ese niño.
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Warren / Heather Peto: Warren Peto es miembro del partido laborista, que fue extensamente criticado por muchas feministas inglesas y, también, desde dentro del propio partido, porque accedió a las listas exclusivas de mujeres (All-women shortlists) que utiliza el Partido Laborista para fomentar la presencia de mujeres en el mismo. Su inclusión en estas listas dio lugar al debate de si los hombres que se autodenominan transgénero o transexuales deben ocupar y acceder a estos puestos políticos en representación de las mujeres.
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https://www.nottinghampost.com/news/nottingham-news/transgender-woman-woman-shortlist-labour-1063476
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Paris Lees: Reconocido transactivista, Lees encabezó el nº1 en la sección semanal Pink List, del periódico The Independent, por ser una de las personas LGTB con mayor influencia en Inglaterra, y fue el primer hombre que se identifica como mujer transgénero en salir en la revista Vogue inglesa.
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Forma parte de numerosos círculos periodísticos y mediáticos LGTB. Ha participado como panelista en un programa llamado 100 Mujeres de la BBC (pese a ser un hombre) y, además, se define públicamente como bisexual y feminista.
No obstante, en mayo de 2016, proporcionó asesoramiento al comité encargado de investigar las leyes relativas a la prostitución en el Reino Unido, llegando este comité a las conclusiones, incluyendo las sugerencias de Lees, de que habían de eliminarse los registros criminales de aquellas personas arrestadas por delitos relacionados con la prostitución (es decir, los puteros); de hecho, se calificó esto como “una victoria impresionante para las trabajadoras sexuales y para la decriminalización”.
Conviene leer esta declaración del propio Lees: “Digamos que tienes un cliente que va a ver a una escort, y piensa que esa escort está un poco irritable, que no parece feliz, y sospecha que puede haber sido traficada. ¿Qué cliente va a ir a la policía a revelar esta preocupación si saben que después le señalarán como a un criminal?”. Estas declaraciones se pueden leer en el enlace siguiente:
Es, claramente, un defensor de la regularización de la prostitución.
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Shon Faye: Transactivista y periodista, ha escrito en reiteradas ocasiones sobre la importancia de que los hombres que se “identifican” como “mujeres trans” tengan acceso a los recursos destinados a mujeres víctimas de violencia sexual y violencia de género en el ámbito de la pareja. Fue elegido para hablar el Día Internacional contra la Violencia contra las Mujeres por Amnistía Internacional de Reino Unido, pese a que ha profesado, públicamente, a las feministas de su país que abogan por la defensa de los espacios y recursos segregados por sexo (espacios seguros para las mujeres) que “Disfruten de su borrado” (refiriéndose al borrado de las mujeres que estas feministas denuncian que se está llevando a cabo con estas leyes).
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Frank / Kellie Maloney: Promotor de boxeo antes de la transición, homófobo y derechista (miembro del Partido Independentista de Reino Unido – por la salida del RU de la Unión Europea), es conocido porque casi asesina a su exmujer, según él, por la presión que sufría por estar viviendo una mentira, que supuestamente solucionó tras transicionar y convertirse en mujer.
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En este artículo, aparece él, con su exmujer, relatando cómo llegó a estrangularla, casi asfixiándola, con el pretexto de la tensión que vivía por no aceptar, él mismo, su sexualidad:
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Sarah Brown: Fue consejero del Partido Liberal Demócrata, parte de la ejecutiva LGTB del mismo, que se posicionó en contra de que hubiera filtros porno (que pretendían evitar el acceso de menores de edad a pornografía), promociona el BDSM (apoyó que se permitieran dar clases de cómo llevarlo a cabo en espacios públicos), pero está en contra, no obstante, de que las mujeres puedan llevar a cabo reuniones sin hombres (al ser miembro electo del Consejo de la Ciudad de Cambridge, pretendió que se adoptara un cambio en la política de admisión en las áreas y servicios de mujeres, para que en ellos debiera aceptarse a cualquiera que se “identificara” como mujer, por ejemplo en baños, gimnasios, vestuarios, piscinas y eventos deportivos, peses a que esto vaya en contra de la ley actual en Reino Unido), y es un gran defensor de que cualquier preso hombre que se identifique como trans (también violadores y asesinos de mujeres) puedan acceder a las cárceles de mujeres. También asesoraba a Stonewall (organización LGTB, que hace cabildeo por los derechos LGTB, aunque, últimamente, se centra en los derechos de la T, a pesar, incluso, de los derechos del resto del colectivo, sobre todo las lesbianas).
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Mark Hellen / Natascha Kennedy: Dice ser lesbiana, y llevó a cabo una campaña de desprestigio frente a las académicas críticas con el género.
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Liam / Lily Madigan: Dice ser lesbiana. Llevó a cabo una campaña de bullying para que se destituyera a Anne Ruzylo como Oficial para las Mujeres en su grupo local del Partido laborista, para después convertirse él en un Oficial para las Mujeres (cargo reservado para mujeres) del Partido, en otra localidad.
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Cabe destacar que estos hombres compartes varias características comunes: son hombres que tienen acceso a puestos de poder y altavoces mediáticos; han utilizado esos altavoces para dañar a las mujeres (sea haciendo promoción de la prostitución, la pornografía… y otras formas de violencia contra las mujeres, como para privar a las mujeres de puestos de poder o espacios seguros para ellas, tanto para el diálogo como para la vida diaria); muchos son, también, un ejemplo de cómo la pornificación y hipersexualización son un estándar de la transición y hacen promoción de ello (los más jóvenes, Bergdorf, Lees, Faye… hacen apología de la feminidad que ellos pretenden alcanzar, que la dibujan como una serie de hitos en la consecución de un cuerpo y un comportamiento hipersexual y artificial); además de que todos elaboran un discurso y unas prácticas políticas de activismo antifeminista y misógino.
Texto original de Julia Long
Traducción por (@DRadfem)
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