La publicidad es una parte de la sociedad que, nos guste o no, está muy presente en nuestras vidas. Encendemos la tele por la mañana y hay anuncios en todas las cadenas, cogemos el autobús lleno de carteles para ir a trabajar, estudiar o darnos un baño en la piscina, saludamos a una amiga que lleva ropa de una marca concreta y le decimos que nos gusta su camiseta, caminamos por la calle y casi todos los garitos anuncian algo en sus escaparates, ya sean eventos o productos tanto de su propio negocio como de otro ajeno, miramos el móvil y Facebook nos manda decenas de anuncios de los que a veces ni siquiera somos conscientes…
La publicidad, aunque no queramos, nos afecta diariamente y con mucha frecuencia. Y como todo, muchas de las veces impregnada de machismo y estereotipos rancios. Lo cierto es que en lo que va de verano he tragado más anuncios de los que acostumbro y algunos me han producido escalofríos. Comento algunos de mis favoritos:
Dodot Pants. Por dónde empezar, sino por el principio de los tiempos. El combate del cambio de pañal, o la súper madre que intenta por todos los medios que su bebé se esté quieto un momento para poder ponerle un pañal limpio. Está muy bien que haya pañales más ergonómicos y que te faciliten tareas como esa, pero que sea responsabilidad únicamente de la madre no lo termino de ver. Al final del anuncio, se escucha una voz masculina diciendo algo así como “¡Dodot pants os lo pone fácil!” ¿Os? Espero que se refiera a los progenitores en general y no esté diciendo abiertamente que cambiar pañales es un trabajo de mujeres. Por si alguien no conoce el anuncio, aquí la obra maestra:
Arroz brillante. Sí, la mujer que sube en el ascensor con una sonrisa de oreja a oreja porque ha tenido la suerte de… ya me entendéis, ha tenido la suerte de hacer eso, de cocinar arroz. El sueño que todas tenemos cuando crecemos y somos responsables de una casa y una familia. Este anuncio la verdad es que rezuma machismo por partida doble, o triple, yo que sé. En primer lugar, es obvio que no acostumbramos a tener sexo y por eso cuando lo tenemos estamos radiantes y todo el mundo lo nota. Por otra, de nuevo pone a la mujer como responsable del hogar y de las tareas de casa, en este caso, de hacer la comida para que su familia esté feliz y bien alimentada. Y lo peor es que termina comparando el haber echado un buen polvo con que la gente de su alrededor le diga que la comida le ha salido buenísima. Que entiendo el punto, entiendo el ingenio de comparar una cosa con la otra, pero ¿basándose en tópicos tan casposos como que las mujeres no follan? Lo siento, pero no lo acepto. El arroz no ha podido evitar colarse como segundo plato de esta lista. De nuevo, dejo aquí el anuncio por si alguien no ha tenido el «gusto»:
Bet 365. Por decir algo. Cualquier anuncio de casa de apuestas me valdría. Dejo por aquí un spot de esta en concreto en el que podemos observar cómo los hombres son grandes eruditos, sabios conocedores de todo aquello a lo que deporte (masculino) se refiere. No soy una gran defensora de esta práctica, pero que se expulse a las mujeres de forma tan sistemática, en fin. Ya se sabe ¿no? Nosotras no tenemos ni idea de fútbol, boxeo o cualquiera que sea el deporte de moda. Nosotras como mucho entrevistaremos a los jugadores cuando salgan de los vestuarios y dejaremos que aficionados eufóricos nos besen la cara porque, no sé, es divertido.
Nutella. A veces es difícil que las hijas se levanten de la cama, por eso hago malabares. Porque es responsabilidad de la madre que se levanten todos los días para ir al cole, o a donde sea que tengan que ir. Por eso la Nutella es tan maravillosa, porque si les preparo un desayuno rico con bien de Nutella, seguro que prefieren levantarse y no remolonean. Mientras tanto, su padre está remoloneando también y esperando a que le prepare el desayuno porque, al fin y al cabo, es uno más. Se levanta a mesa puesta y desayuna con las niñas para irse a trabajar en vez de al cole. ¡Ah! Y que no se me olviden los palitos esos para que todas almuercen a media mañana.
Venus. ¡Cómo no iba a faltar! Como la diosa romana: perfecta e impecable. Eso nos venden, belleza. Y en 5 minutos, además. La verdad es que no sé por donde empezar a hablar de este anuncio. En primer lugar, parece que está absolutamente prohibido salir a la calle con algún pelo en las piernas. Es de vital importancia depilarse antes de salir, siendo que el vello es algo que aparece y crece en nuestro cuerpo de forma natural, igual que las pestañas o las cejas. Además, está tan estigmatizado que ni siquiera se puede mostrar un solo pelo en el momento en el que Dulceida se pasa la cuchilla. ¿Os habéis fijado? La instagramer se depila unas piernas impecables, que no tienen ni un solo asomo de pelambre. No lo sé Rick… parece falso. Y bueno, no es por nada, pero yo si he quedado con una amiga, si encima de que voy a buscarla a su casa me dice que espere porque aún no se ha depilado… en fin, que yo me voy a la playa y ya llegará cuando haya terminado.
Y eso, que este verano tenemos publicidad machista de la que disfrutar a diestro y siniestro. Aquí hago un repaso a los anuncios televisivos, pero que no se nos olviden los carteles de las fiestas de los pueblos, de las marquesinas de las paradas de autobuses o de las fiestas nocturnas en discotecas y bares. Por poner algunos ejemplos. Yo os invito a analizar con las gafas moradas toda la publicidad en general, ahora bien, cuando te meten 7 minutos de anuncios en la tele, a veces es hasta divertido para pasar el rato. Siempre que lo hagáis tras respirar hondo y con el estómago tranquilo, claro.
Por Yurippe (@femi_friki )
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