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Arquitectura de maternidades

La arquitectura es el reflejo de la sociedad, de sus costumbres, rituales, movimientos, filosofías…y por ello también es una forma de hacer política. Los espacios arquitectónicos son generaciones de relaciones humanas y en gran medida, también influyen en la generación de conceptos del imaginario colectivo.

De la misma forma que una novela nos suele describir la escena física donde sucede una acción o en el teatro se coloca attrezzo para crear un contexto y unas sensaciones, la arquitectura se proyecta y crea un contexto y en ese contexto nosotros como sociedad, creamos conceptos.

Los hospitales suelen ser por lo general espacios con un ambiente “incómodo”, no queremos estar mucho tiempo en ellos e incluso hay gente que el simple hecho de ver un espacio con una imagen semejante (luz blanca, paredes, puertas y suelo blancos e incluso el característico olor…) les incomode. Esta es una sensación lógica, cuando vamos a un hospital normalmente sufrimos algún dolor o estamos preocupados por quien lo sufre. No es un lugar que genere confort ni que generalmente nos evoque buenos recuerdos, son espacios fríos e impersonales.

Pero no todo lo que sucede en un hospital es una tragedia, también suceden cosas buenas como nacimientos. Sin embargo, esta experiencia, a pesar de que suele ser un momento feliz para toda la familia que espera al nuevo miembro, no suele ser una experiencia agradable, sobre todo para la madre.

Esto no solo se debe al dolor que experimenta sino también al ambiente al que me refería anteriormente. Una sala llena de máquinas que recuerda casi a un taller mecánico, con el sonido de una de ellas marcando tus constantes, llena de gente, con conversaciones que escuchas veladamente mientras te esfuerzas en dar a luz.

Esta es la tarea que ha sido objeto de trabajo de las arquitectas Ángela E. Müller y Marta Parra Casado, quienes fueron galardonadas por su proyecto del paritorio en el Hospital Universitario HM Nuevo Belén de Madrid con el premio IIDA (International Interior Design Association), humanizar los espacios de parto para normalizar el modo de nacer.

A raíz de sus propias maternidades, las arquitectas se dieron cuenta de las enormes carencias a nivel sanitario en cuanto a los espacios y a la atención al parto. Aquella revelación, fraguada al calor de su activismo en la asociación El parto es nuestro, les animó a embarcarse profesionalmente en la transformación de las maternidades hospitalarias. Esta labor la realizan desde su estudio conjunto Parra-Müller desde donde pretenden implantar en España la aplicación del Diseño Basado en la Evidencia (EBD); es decir, en el caso de los espacios de parto, adaptarlos a las necesidades de la mujer en este proceso, pero también del bebe, la familia y los profesionales, creando espacios cómodos a la vez que funcionales.

Sus diseños ya están cinco hospitales españoles, tanto en el área de maternidad como en la de oncología y han podido comprobar los beneficios de sus diseños y son realmente significativos.

El entorno favorece el parto natural, pero manteniendo los elementos de seguridad médica. Ya hay muchas maternidades que cuentan con paritorios en los que se práctica un parto fisiológico, sin casi intervención médica, pero contando con todos los medios por si la situación lo requiriese. Ahora vamos a ver cómo son:

La habitación se divide en tres ambientes diferentes que acogen todo el proceso de dilatación, parto y postparto en un mismo lugar, sin que la madre tenga que trasladarse de un lugar a otro. Hay un espacio de movimiento, con la zona de partos y elementos que ayudan a la mujer en el parto: con pelota de Pilates, liana fular, barra de madera para estiramientos…Otro espacio para el descanso de la pareja o la mujer separado del resto de la habitación con estores móviles. Un espacio de agua con una bañera de dilatación y parto, además de un aseo. Se proporciona además intimidad en este momento, por lo que hay ventanillas en las puertas que permiten a los médicos observar a la paciente sin que se sienta intimidada.

Se evita que haya luces directas a la cara. Se combina luz natural y artificial, regulable. Se puede escuchar música.

 

Además, también han diseñado paritorios, que se alejan de la estética a la que estamos acostumbrados. No parecen quirófanos en los que vayamos a pasar un mal momento, en los que parezca que estemos enfermas. Evocan a un spa o un centro estético, ocultando (que no eliminando) las herramientas médicas.

Está probado que el ambiente influye de forma considerable en la experiencia que se tiene del parto y además de las condiciones de este, produciéndose menos complicaciones en el parto. Desde que se pusieron en marcha estas salas, se han realizado 107 partos de los que se han podido extraer los siguientes datos:

-El 89% de los partos fueron vaginales

-El 40% no utilizó epidural

-El 78% de las mujeres con cesárea previa dieron a luz por vía vaginal

-Solo un 1,9% de los recién nacidos necesitó asistencia pediátrica inmediata

-No se realizó ninguna episiotomía y los desgarros con sutura fueron como máximo de grado 2

Humanizar los espacios de parto para normalizar el modo de nacer es una parte mas de la recuperación del corazón que nos hemos dejado en muchos ámbitos con la aparición de la tecnología en el siglo XX.

Por: Irene Ventura (@_sorrynotsorryb)

 

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