Hace pocos días nos anunciaba el diario Público que un total de 750 jueces han presentado una queja en el Consejo Consultivo de Jueces Europeos ante la «presión social» contra el tribunal que condenó a nueve años de prisión a los cinco integrantes de La Manada por abusar sexualmente de una joven madrileña durante los Sanfermines de 2016.
Vamos, que los jueces están molestos.
Que si peligra su independencia; que si los políticos se están aprovechando de la situación; que a cuento de qué se lanzan millones de personas a la calle a exigirles a ellos nada. ¿Qué cómo se nos ocurre exigir la revisión de la Constitución? ¿Cómo se nos ocurre exigir la revisión de unas leyes que a todas luces no garantizan los derechos de las mujeres, ni nuestra protección, ni nuestra seguridad y por lo tanto nuestra independencia?. Que debe ser que su independencia está por encima de la nuestra.
Pues sí, juezas y jueces, estamos pidiendo la revisión de un código penal que NO sanciona la violencia que se ejerce sistemáticamente contra las mujeres, en el ámbito doméstico, en el ámbito laboral, en la calle y en los medios. Violencia generalizada que vivimos a diario más de la mitad de la población que somos las mujeres en España. Y ustedes están preocupados por su independencia, esa que les otorga su status profesional y que a nosotras nos niega nuestra condición, esa que les ha proporcionado el privilegio de perpetuar este sistema legal que nos niega nuestra libertad y nuestra independencia, la de las mujeres.
Témanse lo peor, señorías. La presión social no cesará mientras ustedes sigan firmando sentencias que atentan contra nuestros derechos, nuestra seguridad y nuestra libertad. Quéjense, por supuesto, están en su derecho de hacerlo. Y recibirán respuesta de los millones, repito, millones de personas que estamos reclamando esa revisión de las leyes y la formación de sus señorías en materia de igualdad y su sensibilidad respecto a los casos que se refieren a la violencia ejercida contra nosotras.
Porque por mucho que se empeñen, no es el Gobierno, no son los políticos, somos las mujeres clamando por aquello que nos pertenece: nuestros derechos. Queremos seguridad, queremos independencia y queremos libertad. Y no nos vamos a cansar de exigirlo, en las calles y en los medios y por todos los medios que consideremos oportunos y legítimos.
Señoras y señoros jueces, escuchen activamente, que a ustedes nos dirigimos y no se cierren en banda.
Por Elena Hernández (@ElenaHernandezP )
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