Querido (por ser educada) Amancio Ortega:
He leído en la prensa que se ha unido al feminismo apoyando la consigna del “NoEsNo”. Y por un momento he creído otra vez en las Diosas. En mi incredulidad y con ese afán crítico que me caracteriza, he preferido comprobar por mí misma esa buenísima noticia; ya sabe que la prensa, a excepción de muchas compañeras, no controla mucho el tema feminista.
Estaba a punto de descorchar el cava para celebrar que nuestras hermanas en Bangladesh, India, Turquía o cualquier país en el que usted produce van a tener condiciones laborales dignas, que van a cobrar un buen sueldo, que las niñas van a ir a la escuela a formarse (como hace mi hijo, como deberían hacer los hijos y las hijas de todas las mujeres en el mundo), que van a tener vacaciones pagadas, que van a poder ascender y… estaba yo ya dándole gracias a las Diosas en mi mundo feminista ideal, cuando al comprobar la veracidad de mi película en la página web de una de sus empresas (entienda que no voy a hacer publicidad, no la necesita) las Diosas se han esfumado de golpe ahogadas en el cava.
Usted no se ha unido al feminismo, usted está chupándole la sangre y explotándolo como hace con nuestras hermanas (las de aquí y las de allí). Si se cree que el feminismo son eslóganes estampados en una camiseta de 5,99€ es que es usted un inculto y, lo peor es, que se vanagloria de ello mientras le haga ganar dinero. ¿Sabe cuál es la parte positiva de todo esto? Sí, cada uno intenta sacar de las cosas lo que su ética le permite: usted dinero, yo la parte positiva (que haberla hayla, como las meigas). La parte positiva es que sin quererlo usted está dejando claro quien no es feminista. Sí, sí, eso de quitar carnets feministas que ahora está tan de moda. Que debe ser que todas nacemos con el carnet por defecto. Porque todas las personas que compren su camiseta es que, como usted, ni saben que es el feminismo ni lo apoyan.
Como con todas las opiniones, hay quien está de acuerdo con usted. He tenido que leer en un par de foros que más vale que las camisetas lleven estas consignas que otras. Sí, claro, puestas a elegir más vale que ponga “NoEsNo” que “UngaUngaArmy”; pero si más vale que ponga esto a cambio de explotación femenina racializada para que las blancas nos pongamos camisetas “cool” es de no haber entendido nada ni de feminismo ni de interseccionalidad. Le aconsejo que si quiere subirse al carro feminista (que es grande y cabemos muchas personas) empiece por informarse un poco para no hacer el ridículo.
Si quiere hacer un lavado de cara, que es muy de su estilo, por lo menos podría haber puesto esta camiseta a un precio de verdad. Que las mujeres que las produjeron hubieran cobrado de verdad, y que el dinero que se recaude con ellas hubiera ido íntegro a programas a favor de los derechos de las mujeres y a luchar contra la violencia sexista. Que aunque es un parche, y una acción de marketing al más puro estilo “quedabien” por lo menos esa camiseta hubiera tenido sentido.
Por Lilith Monzoncillo (@pictofem)
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