Hemos hablado con Laura, psicóloga, sexóloga y terapeuta menstrual.
Si nos adentramos en sus RRSS no tardamos mucho en descubrir la estrecha relación que tiene con la endometriosis, enfermedad que afecta a millones de mujeres. Hemos decidido charlar con ella sobre esta enfermedad, sobre el trabajo que desempeña con mujeres y más cosas…
MEL: Laura, cuéntanos sobre tu relación con la endometriosis y como ha influido en tu trabajo.
La endometriosis me viene acompañando casi toda la vida, aunque diagnosticada llevo 7 años, pero sufriéndola creo que desde siempre. Es una enfermedad muy desconocida pero muy habitual. Yo no era consciente de lo enferma que estaba hasta que empecé a sufrir problemas graves en órganos vitales, como el intestino, la vejiga y el riñón. Y no fui consciente porque a las mujeres se nos enseña y se nos dice desde que empezamos a menstruar, que “la regla” es un proceso que duele y molesta, y como el principal síntoma que yo sufría era dismenorrea (dolor durante el sangrado menstrual), cuando me quejaba a la ginecóloga, ésta no le daba nunca ninguna importancia. Pero la endometriosis es una enfermedad inflamatoria y autoninmune que puede afectar a todo el cuerpo, sobre todo a los órganos de la zona pélvica, no necesariamente a los órganos reproductivos. Además, si no es diagnosticada y tratada a tiempo, puede provocar daños irreversibles como en mi caso, que he tenido varias cirugías donde han tenido que amputar partes de varios órganos. Y no solo las operaciones, quizá lo más duro de esta enfermedad sea la incomprensión, la impotencia, la soledad con la que se vive. Muchas visitas a urgencias, muchos dolores, mucha rabia, muchas citas médicas, muchos tratamientos hormonales, muchas preguntas sin respuesta…porque no hay a día de hoy una cura ni ningún tratamiento que demuestre que funcione para frenar la endometriosis. Todas estas experiencias provocan un dolor psicológico y emocional difícil de gestionar.
Pero después de vivir toda esa parte más negativa, la endometriosis me ha ayudado a cambiar mi vida y a encontrarle un sentido a muchas cosas que antes no entendía. “La enfermedad como camino de transformación”. Esa es la frase que define mi trabajo.
Empecé a ver la endometriosis como una amiga de la que podía aprender mucho y descubrí una nueva yo. Entendí que la vida no se trata de una lucha continua conmigo misma, sino que aceptando y liberándome de mis miedos, es como realmente una puede sentirse bien.
Debido a mis bajas médicas por la endometriosis, perdí varios empleos, que en su día viví como auténticos dramas pero luego en el fondo lo agradecí. Descubrí que quería dedicarme a ayudar a las mujeres que habían pasado o estaban viviendo historias parecidas a las mías, y eso transformó por completo mi vida profesional y personal.
MEL: ¿Cuándo decides formarte como terapeuta menstrual? ¿Consideras que hay déficit de atención a la salud menstrual y de la mujer?
El mayor aprendizaje que he hecho gracias a la endometriosis, ha sido cuidar y respetar mi cuerpo. Me he dado cuenta de la importancia que tiene la conexión con el ciclo menstrual para que una mujer pueda vivir sana y en plenitud. Antes odiaba la menstruación y todo lo que ella significaba. Odiaba mi cuerpo, odiaba sangrar.
Pero todo eso cambió y decidí formarme como terapeuta menstrual, una terapia que en Occidente no está ni reconocida como tal, pero en muchas otras culturas está totalmente integrada.
Hay un gran desconocimiento y sobre todo, una gran desconexión de la mujer con su cuerpo. Estamos acostumbradas a que cuando nos duele la regla el ginecólogo nos mande analgésicos o “la píldora”. Vivimos con el cuerpo anestesiado, no nos permitimos sentir porque así nos han educado. Por eso la terapia menstrual me parece algo fundamental para sanar. En la terapia menstrual trabajamos desde una perspectiva holística, cuidado el cuerpo y la emoción. Lo más esencial es que la mujer recupere la conexión con su cuerpo, que reconozca que ella misma tiene muchas herramientas para sanar y sentirse mejor. Tenemos que recuperar ese autoconocimiento y conectar con nuestra ciclicidad y la naturaleza femenina.
MEL: ¿Cómo afecta este tipo de enfermedad a la salud mental y sexual de la mujer?
Una enfermedad como la endometriosis pone patas arriba toda tu vida. A nivel psicológico lo más frecuente es que te sientes sola, incomprendida, muy vulnerable. Sientes mucho miedo porque realmente no sabes que va a ser de tu cuerpo o de tu salud. Las mujeres con endometriosis que hemos tenido que pasar por operaciones quirúrgicas lo hacemos a ciegas, literalmente, porque ni los médicos saben qué se van a encontrar.
Hay que lidiar con mucho estrés y sobre todo, en el caso de mujeres que padecen dolor crónico, es normal que desarrollen trastornos depresivos, sobre todo cuando ven que no pueden llevar “una vida normal” porque sienten dolores intensos 24 horas al día y la limitación que eso supone: no trabajar o trabajar en muy malas condiciones, aislamiento social, apatía, falta de apetito, trastornos del sueño…
La sexualidad también se ve afectada cuando se padece endometriosis en muchos casos. Es normal que toda la inflamación que solemos tener en la parte pélvica afecte a la musculatura del suelo pélvico, útero, tabique recto-vaginal…provocando molestias y dolor en el coito (dispareunia). Esto no debería ser un problema, porque hay vida más allá de la penetración, pero las mujeres heterosexuales sufrimos aún la influencia del “falocentrismo coitocentrista” y si tenemos parejas hombres, lo frecuente es que practiquemos coito, y si éste nos duele, el sentimiento de frustración, rabia, vergüenza…suele terminar provocando un grave malestar psicológico y conflictos en la pareja, y muchas veces una pérdida de deseo sexual, porque si relaciono sexo=dolor, lo más lógico es que acabe desarrollando cierta aversión a las relaciones sexuales.
MEL: Hablando sobre sexualidad… ¿son muchas las personas que acuden a tu consulta para tratar temas sexuales?
Actualmente (hasta que no acabe el máster) no atiendo consultas solo sobre sexualidad, pero como psicóloga y terapeuta menstrual sí que puedo decir, que todas las mujeres suelen tener algún conflicto con su sexualidad.
Cuando evalúo y valoro el área sexual y hablamos sobre ello, lo más normal es que aparezca déficit de deseo sexual, anorgasmia (no tienen orgasmos) y dispareunia (dolor con la penetración). Quizá estas tres disfunciones sean las más habituales basándome en mi experiencia. Muchas veces, he de añadir, que estas disfunciones han aparecido a raíz de una relación de pareja. Por ejemplo, es normal encontrarme con mujeres que en pareja no tienen orgasmos pero masturbándose sí.
MEL: En qué se divide tu actividad profesional actualmente.
Mi actividad principal es el trabajo terapéutico como psicóloga y terapeuta menstrual y pronto también como sexóloga y terapeuta de parejas.
Organizo actividades para mujeres con endometriosis y estoy actualmente desarrollando varios proyectos relacionados con la menstruación, sexualidad y emociones que pronto verán la luz.
Además, también colaboro puntualmente escribiendo para medios de comunicación.
Redes de Laura:
Twitter @Lauri_Psicologa
Instagram laura.psico
Por Mujeres en Lucha.
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