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Las mentiras de los políticos en campaña

El feminismo ha pasado de ser algo muy desconocido a estar en la palestra política sin que por ello sea en realidad conocido. La mayoría de políticos habla de él sin saber exactamente qué es, de oídas podríamos decir, sin la suficiente base teórica o, es más, con una base marcada por sus ideologías y por tanto completamente retorcida. Lo cierto es que parece que el feminismo se ha puesto de moda bien sea para defenderlo o para desprestigiarlo, es usado como arma arrojadiza entre unos y otros, retorcido para que pueda caber en sus programas o idearios y para ello no dudan en mentir de forma miserable tratando de arañar unos cuantos votos al contrincante político. La teoría feminista básica, que parte de la igualdad y el pacifismo, debería ser asignatura obligatoria a fin de que las personas tuvieran una mínima perspectiva de género y con más motivo si uno trata de ser elegido como cargo público y hacer política para todo un país, porque lo que no se puede es dejar a la mitad de sus ciudadanos de lado o legislar en contra de ellos. No nos olvidemos que el feminismo habla de mujeres, incluso de las que  se consideran feministas (o no) y defienden partidos que van en contra de sus propios derechos.

 

Aquí quiero desmontar unas cuantas mentiras de las que se oyen estos días de campaña.

  • Feminismo basado en el odio al hombre. El feminismo no está basado en el odio ni en el enfrentamiento con el hombre. Por más que quieran ofrecerlo así saben que están mintiendo. El feminismo se basa en la búsqueda y consecución de la igualdad entre hombres y mujeres. Que existan personas que ante nuestras palabras, actitudes o reclamos se puedan sentir amenazadas es hasta lógico; no en vano estamos diciendo que las mujeres somos iguales, con los mismos derechos y que por tanto, hay que comenzar a reconocer y abandonar los privilegios que siempre han tenido los hombres. Si uno no se siente privilegiado, si uno ve normal ciertas conductas machistas, se va a sentir amenazado y su reacción va a ser violenta y puede tener una respuesta en su misma medida, pero eso no significa que la lucha del feminismo sea con ellos. Es una lucha contra un sistema en el que la mujer se siente y es oprimida. Quizá abandonar esa mirada de superioridad, esas prerrogativas históricas y comenzar a ver a las mujeres como seres humanos y no solo como mujeres evitaría ese enfrentamiento.

 

  • Subvenciones y pagas. Otra gran mentira. Lo de que las mujeres feministas tenemos paguita y subvenciones es una enorme falacia. Con la llegada de Vox a Andalucía lo primero que dijeron fue que iban a quitar las ayudas y subvenciones a las asociaciones feministas, así que me he ido precisamente allí, para ver como se reparte la pasta.

Las distintas asociaciones de mujeres reciben 3 millones de Euros mientras que Instituto andaluz de la mujer está subvencionado con 1,1 millones. Unas cifras modestas s se compara con  los 122 millones para mejoras agrarias en empresas privadas, los casi 4 millones para PYMES, los 102 millones de ayudas sociolaborales, los 126 para ciclos formativos de parados, los 4,2 que reciben los sindicatos y la patronal andaluza, los 5 millones de euros dedicados a la precaución y riesgos laborales, los 8,3 milloncejos para las orquestas sinfónicas o los 1.200 destinados a ayudas para la producción ganadera.

En el resto de España se han dedicado a subvencionar con la misma generosidad: La tapas, como patrimonio histórico recibieron una subvención de 40.000€, sí, has leído bien. La música religiosa de Cuenca 70.000€, el obispado de Tenerife recibió 1.365.000€ para reconstruir su iglesia, la Asociación Toro de Lidia 35.000€, las fundaciones relacionadas con partidos políticos unos 450.000€ y la FAES en concreto recibió 38 millones de Euros en ayudas públicas.

 

  • Negación de la violencia de género. La violencia de género es la violencia física o psicológica que se ejerce contra alguien por su sexo. Así de simple. En España el pasado año hubo 47 mujeres y 3 niños asesinados a manos de sus parejas o exparejas, mientras que tan solo 10 hombres fueron asesinados por mujeres de las cuales un 20% tenían interpuesta una denuncia por malos tratos. Si adjuntamos las cifras de agresiones sexuales, violaciones y abusos, algo que de momento no contabiliza, las cifras son tan abrumadoras que hablan por sí solas. Negar la evidencia es de tener una mente muy cerril al respecto además de contradecir la Declaración de Naciones Unidas sobre la eliminación de la violencia contra la mujer de 1993 y el Convenio de Estambul, firmado en 2011 y ratificado por España en 2014.

 

  • Desde que llegó el PP al gobierno el IBEX35 ha duplicado el número de consejeras. Mentira podrida. El número de consejeras no se duplicó, pasó de tener 91 a 108 consejeras, es decir, aumentó en tan sólo 17 mujeres consejeras.

 

  • El Partido Popular fue quien redactó la ley sobre violencia de género. Otra mentira. Fue redactada y aprobada por el gobierno de Zapatero en 2004 y ellos se manifestaron abiertamente en contra aunque luego votaron a favor. Hubiera quedado muy feo no hacerlo.

 

  • El feminismo no plantea soluciones. El feminismo por supuesto plantea soluciones, pero son soluciones que los partidos políticos no se plantean. ¿Lo habéis pillado? Nuestras propuestas no interesan lo más mínimo, así de sencillo. Tenemos mujeres feministas en el poder judicial que podrían dar soluciones a las leyes tan retrogradas  que son aplicadas en muchos casos, pero eso no interesa. Las feministas proponemos siempre cambios pacíficos, que tengan en cuenta a la mayor parte de la sociedad, tenemos conciencia ecológica, económica, somos dialogantes por naturaleza, pero muy pocas veces somos escuchadas. Propuestas hay pero el poder factico y el propio gobierno parece ignorarlas.

 

  • Feminismo como grupo de poder. Ya ves… el poder que tenemos no está precisamente en controlar los estamentos políticos del país ni formamos lobbys interesados, de ahí nuestra pelea constante. La mujer, históricamente, no ha estado en círculos de poder si no relegada de ellos, que ahora tengamos una parcela, publica y ciudadana, de él es tan solo una justicia histórica. Somos el 50% de la población, ese es nuestro verdadero poder.

 

  • Libertad. Muchos se están escudando tras una libertad y un supuesto libre albedrío para colarnos por la puerta trasera nociones de puro liberalismo. Al carecer de cualquier base teórica feminista confunden la  libertad individual con los más básicos derechos humanos. El feminismo aboga por esto último y defiende la libertad, por supuesto, pero la libertad que ellos enarbolan para poder decirnos que tenemos la oportunidad de ser putas si queremos o de que es parte de esa libertad ser un vientre de alquiler, no tiene tras de sí más que la intención de legalizar una serie de prácticas que someten a la mujer, que la reducen a un instrumento de uso, a un objeto. Es neoliberalismo puro y duro. El feminismo distingue perfectamente cuando esa libertad está siendo socavada, dirigida, intencionada y falseada. Hay todo un trabajo tras esa intención, todo un enorme grupo de poder que usa hasta nuestros eslóganes más tradicionales para atacarnos cuando en realidad lo que menos les importa es que podamos ser libres o no, si no poder seguir haciendo negocio, pero esta vez legislado y blanqueado, a costa de las mujeres y de su dignidad como personas.

 

  • Denuncias falsas. Cómo no este tema no podía faltar en campaña. Además viene acompañado de la sospecha de inconstitucionalidad de la ley de V.G.  En 2010 el Tribunal Constitucional dictó que la ley de Violencia de Género es constitucional y que no discrimina a los hombres. Sobre denuncias falsas hasta El mundo, un periódico poco sospechoso de feminista dice que “entre 2009 y 2016 las condenas por denuncias falsas fueron 79, frente a las 1.055.912 denuncias por violencia de género presentadas en esos ocho años” Nada más que añadir, Señoría.

 

  • Sobre la ley de violencia de género y ministerios de familia. Llevamos también un tiempo negando la violencia machista para tratar de equipararla a la violencia familiar. Esto responde a dos intenciones muy claras: una es tratar de restar importancia a la violencia  machista ejercida por los hombres sobre las mujeres y otra es tratar de equiparar dos violencias que son perfectamente distinguibles a fin de no asumir ellos la parte que les corresponde de esa realidad.

Por violencia intrafamiliar o violencia doméstica, tal como dice el artículo 173 C.P., se entiende el uso de la fuerza física o moral ejercida contra un miembro de la familia  por otro integrante de la misma o contra todos ellos. La violencia de género es aquella que se ejerce contra las mujeres por el simple hecho de serlo. La diferencia es bastante obvia. La tergiversación de la realidad, la mezcla de leyes distintas y que como tal están tipificadas en el código penal, el uso de la violencia intrafamiliar como arma arrojadiza obedece tan solo a una especie de carrera hacia adelante por parte de los políticos que tratan de pescar en rio revuelto y acudir al enfrentamiento clásico de “lucha de sexos” eludiendo cualquier responsabilidad.

Hay cerca de 500 denuncias diarias por malos tratos y violencia machista según reconoce el propio Consejo General del Poder Judicial. Desde 2003 que entraron a contabilizar las víctimas, se han cometido 972 feminicidios, es decir, más muertes que en toda la historia de ETA, y todavía quieren que esta ley sea eliminada…

La forma de luchar contra la violencia machista pasa por reconocer esta histórica discriminación de la mujer y por reconocer nuestra valía como ciudadanas de primera clase y abandonar el machismo o la misoginia de la que hacen gala. Pasa por empezar a tener una visión global del problema y no andar con casos concretos e individuales usados como acicate para afirmar unas teorías conspiranóicas que justifiquen su falta de humanidad, porque al fin y al cabo es de la mitad de la humanidad de lo que estamos hablando. El ministerio de familia, tan traído y llevado por los partidos conservadores no va a velar jamás por la mujer tal como lo puede hacer la ley de violencia de género puesto que parte de conceptos muy distintos y obedece a la siempre clave defensa de la familia como pilar fundamental de la sociedad cuando se quiere que esa sociedad responda a las premisas concretas que se ajustan a sus ideologías e intereses. Si quieren defender a la familia no hace falta un retrógrado ministerio para ello, haría falta cumplir con cada uno de los artículos de la Constitución y abandonar ese viraje neoliberal que ha hundido las instituciones y privatizado las infraestructuras nacionales, para de esa forma devolver las oportunidades a todos los ciudadanos y por tanto redundar en el beneficio familiar, en una sociedad más justa, equitativa y con un bienestar social asegurado desde la ley.

Estas son solo las diez mentiras más notables, pero hay más. A poco que agudices la mirada seguro que te sorprenden.

 

Por Nina Peña (@ninapenyap)

 

Fuentes:

https://www.eldiario.es/cultura/gastos-locos-presupuestos-Cultura-hablado_0_756975060.html

https://okdiario.com/economia/presupuesto-andalucia-esconde-mas-14-000-millones-subvenciones-3596273

https://elpais.com/politica/2019/01/04/actualidad/1546613944_675922.html

https://www.mundojuridico.info/la-violencia-domestica-y-la-violencia-de-genero/

 

 

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