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Prejuicios, justificación y mitos sobre la Violencia de género.

A propósito del terrible asesinato de Laura Luelmo, hemos sido testigo de la reacción de muchos hombres, que obviando, que otra mujer ha sido asesinada por un hombre, -eso no es lo importante- enarbolan la bandera del famoso  #notallmen, porque lo importante son ellos y su frágil masculinidad.

Acostumbrados a ser el ombligo del mundo, lo universal, lo valorado, lo importante, son incapaces de realizar una reflexión interna y entender que las críticas no tienen un nombre concreto, que no hablamos de monstruos, psicópatas, sociópatas…, sino que hablamos de un sistema que ha utilizado por siglos la violencia para controlar a las mujeres y sus capacidades productivas, reproductivas y sexuales, con el objetivo, de beneficiar a los hombres. Desde los tiempos de pâter familias, donde el estado no sólo permitía, sino que aconsejaba a los maridos  controlar a sus esposas a base de palizas, hasta el franquismo y mi marido me pega lo normal, la violencia contra las mujeres ha sido sistemática y respaldada por una estructura jerarquizada, donde las mujeres debemos vivir de rodillas. Se creen estos señores muy importantes, tanto que es peor ofenderlos que indignarse por el asesinato inútil de una mujer, otra mujer…

Aparecen entonces los slogans: la violencia no tiene género o la violencia de género es bidireccional, para así reducir la alarma social negando, minimizando o incluso justificando la violencia de  género, primer paso para consolidar las desigualdades y perpetuar los privilegios masculinos, que no deben ser jamás cuestionados. Estos slogans repetidos por los señores #notallmen, permitidme llamarlos así, es incomprensible cuando se lo oyes a compañeros del instituto que están preparándose para ser Técnicos de Promoción a la Igualdad de Género, compañeros que en el módulo Prevención de la Violencia de Género, han acatado las explicaciones de la profesora sin decir lo que piensan, a pesar de que  tienen su propia opinión; porque los estudios de las expertas que llevan años analizando este tema, no valen y yo puedo opinar lo que quiera. No ocurre lo mismo en otros módulos, nadie le cuestiona a la teacher la construcción de pass  continuous y al acabar la clase dice: pues yo creo que el pass continuous  no se forma así.

Voy a intentar argumentar para desmontar estos dos slogans  tan recurrentes y manidos, porque la violencia sí tiene género y la violencia de género es unilateral.

La violencia, en general, sí tiene género. el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, en un informe publicado en marzo del 2016 afirma que el 90% de los homicidios cometidos en el mundo son producidos por un hombre, y el 80% de víctimas de esos homicidios también son hombres. Y ahora dirás que asesinan a más hombres que mujeres y es cierto, pero ninguno por ser hombre. Vuestra masculinidad tóxica  que os empuja a ser el que más tiene mucha culpa. Montáis guerras para mandar en más territorios, para obtener más riquezas Vuestra socialización en la competitividad más violenta, también os perjudica a vosotros.

¿Por qué no es bidireccional la violencia de género? Para asimilar el concepto  violencia de género (VioGen) lo primero que hay que entender es que se define como violencia de género, porque casi la totalidad de mujeres la han sufrido alguna vez. ¿Crees que exagero?

Pues ves apuntando porque tratarnos de exageradas, amargadas…, por dar la alarma sobre la construcción de la VioGen, es un micromachismo y los micromachismo son uno de los primeros pasos que lleva a algunos hombres a asesinar a sus parejas.

En la pirámide de la VioGen podemos ver las conductas que allanan el camino hacia la violencia más brutal que sufren las mujeres. Hacer chistes sobre mujeres maltratadas, creerte con derecho a invadir su espacio en la calle dando tú opiniòón sobre su aspecto, es violencia machista. ¿Sigues apuntando?

Los micromachismos (Luis Bonino) son machismos cotidianos sutiles y apenas perceptibles que están tan normalizados que apenas se evidencian, ni siquiera por parte de muchas mujeres que somos las víctimas. Obviamente tú, mi querido #notallmen que asocias violencia a gritos, amenazas, puñetazos etc. ni los ves venir. Desde el feminismo se explica muy bien: ¿has llegado a casa y con excusas has dejado todo el trabajo doméstico a tu pareja?; ¿le pides explicaciones sobre cómo gasta el dinero y antepones tus cervezas a otra cosa más importante?; ¿has desautorizado públicamente a tu pareja?;  ¿has tomado decisiones unilaterales sin importarte lo que ella opine?; ¿has asegurado por activa y por pasiva que no sabes como funciona el lavaplatos, mientras acabas de desmontar tu moto para la salida de los domingos con los amigotes, y así poder reservar ese tiempo para tu ocio personal? Por cierto, ¿cuántas veces has salido de ruta con los amigos a costa de dejarle a ella el trabajo de cuidados y crianza?…

Seguro que  ahora si te ves reflejado. Todo esto, es violencia estructural hacia las mujeres. Supongo que te reirás entre dientes y dirás: ¡venga va!, pues tengo una mala noticia para tí, lo es aunque no me creas, porque te permiten controlar a tu pareja que es de lo que se trata,  controlar, dominar para seguir disfrutando de esos privilegios de los que tanto os duele desprenderse, sí, a todos los hombres.

En el segundo escalón  van apareciendo conductas que tú señor #norallmen todavía no  identificas como violencia: humillar, despreciar, culpabilizar, Esta última es una estrategia buenísima, hacéis lo que os apetece cargando la responsabilidad en la mujer, usando abusivamente de su tiempo y su espacio y tenéis el arte de hacernos sentir culpable. ¿Por qué?, porque los micromachismos agotan emocionalmente a la víctima, crea inseguridad, disminuyen su capacidad de decisión, afectan  a su salud mental y sobretodo, al no hacer lo que de nosotras se espera, deterioran nuestra autoestima y nos hace sentir culpables.Mientras que tú, ante este sentimiento de culpabilidad, te sientes superior porque has conseguido que obedezcamos. Pero eso no te va a durar siempre.

El resto de la pirámide presenta la violencia que tú sí reconoces, a veces, porque tú identidad masculina superior, es más importante que cualquier violencia física o verbal que pueda sufrir una mujer y seguro que ella tiene en parte la culpa: o es demasiado guapa, o viste demasiado provocativa, o sale sola, o…

Pero esto no acaba aquí, cuando ya la VioGen no tiene justificación ninguna porque hay una mujer asesinada cada dos o tres días, a veces varias en un solo día, aparecen los mitos que vuelven a justificar la violencia, culpabilizar a la víctima y proteger al agresor, que siempre es ese vecino tan amable que nos saluda en el rellano de la escalera cada día.

Los mitos ayudan a reducir al alarma social de la sangría que es la VioGen. Se miente haciendo creer que sucede en países empobrecidos, lejanos, en familias desestructuradas. Los maltratadores se definen como enfermos mentales, adictos, hombres con un trauma infantil muy fuerte debido a haber crecido en un ambiente de gran violencia, y las víctimas como mujeres enfermas o mujeres a que no quieren salir de esa situación por alguna  (extraña) razón. Sin embargo se sabe que no existe un perfil ni de maltratador, ni de víctima, lo que se repiten son las conductas, tanto de ellos como de ellas. Ni un fuerte trauma, ni una enfermedad mental, ni un adición justifica que se maltrate a la pareja. Si fueran factores claves para detonar la violencia, no solo se produciría esa violencia sobre la pareja, sino sobre cualquier persona del entorno del agresor.

¿Porqué las mujeres víctimas de VioGen, parece que no quieran revertir y salir de su situación?

La VioGen se desarrolla en un ciclo cerrado con tres fases muy marcadas (Leonor Walker, 1984). La primera sirve al maltratador para conseguir el control de la relación, mediante amenazas, humillaciones, sarcasmos…, esta fase suele durar años. La segunda fase es la más corta pero la más violenta. El agresor utiliza la violencia física para controlar a su pareja, llegando a producir la muerte. En esta fase es cuando algunas mujeres se atreven a denunciar. En la tercera fase, llamada luna de miel, el agresor pide perdón y promete que no volverá a pasar. Es en esta fase donde la mujer cae en la trampa y le perdona. Es por esta fase por lo que parece que ella no acaba con esa terrible situación, porque el agresor no es siempre violenta. En esta fase mima y consiente a la víctima, hasta que el ciclo vuelve a comenzar. Vuelven los insultos, las palizas y el arrepentimiento va desapareciendo, hasta dejar a la mujer en un estado de vulnerabilidad extrema que la convierte en alguien incapaz de tomar decisiones, porque vive muerta de miedo.

Señor #notallmen, las compañeras feministas expertas, han estudiado durante años, todo esto que te estoy contando. Ya no nos motiva ese notallmen que repites sin cesar, porque queda más que evidente que yesallwomen, y esa violencia estructural la sufrimos de manos de hombres normales, de los que te saludan en el rellano, te abren la puerta si vas cargada, te ceden el paso… hombres normales que han sido educados en la superioridad moral.

No te justifiques más, porque así justificas la violencia machista y nos haces daño.

La violencia tiene género y es el masculino y por mucho que parlotees que tu amigo/vecino/primo/compañero, vive una situación de maltrato por parte de su pareja mujer, no hay una estructura social que justifique esa conducta violenta. Porque, como dije al principio, lo que denunciamos desde el feminismo no son nombres concretos, es un sistema violento y misógino que justifica, y minimiza la violencia machista para perpetuar las desigualdades, que por mucho que te empeñe en negar, sufrimos todas las mujeres.

 

Por Inma @SAGATXU 

 

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