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“Puta feminazi”, mirando de frente a la misoginia

Feminazis, amargadas, feas, gordas… no sé por cuantos nombres nos han podido llamar ya. Podría hacer una lista innumerable sobre los insultos y amenazas que recibimos las mujeres por el simple hecho de defender nuestros derechos.

Grandes organizaciones como Amnistía Internacional han denunciado el acoso que recibimos las mujeres por las redes sociales y es que no es algo que se deba pasar por alto. Primero aportaré los datos para que veamos a nivel cuantitativo lo que suponen estas amenazas y luego pasaré a la reflexión de los motivos que se esconden detrás de esas cifras.

Una de cada cinco mujeres en España ha sufrido acoso en las redes. Lo que supone un 19% de mujeres. “Puta, zorra, ojalá que te violen” son algunas de las lindezas que podemos leer al abrir Twitter por ejemplo.

Lo curioso es que no hace falta ser un personaje público para que esto ocurra, simplemente debes decir algo que rompa con los moldes patriarcales y machistas que están instaurados en la sociedad para que una marabunta de hombres entren como elefante en cacharrería insultando, juzgando y “argumentando” cosas absurdas por doquier.

En esos comentarios se puede leer perfectamente que la misoginia existe, y existe de verdad. Muchas veces pensamos que la misoginia es machismo y justificamos determinados comportamientos con la frase “eres/es un machista” y no es así. Los misóginos existen y son muchos.

Actúan con rabia, de forma muchas veces impulsiva y precisamente por eso atacan sin ton ni son con sus súper argumentos como “tú eres una zorra”, “ojalá te violen” o “eres una señorita y no has vivido lo que las mujeres del pasado vivieron”. Su objetivo es el desprestigio hiriente y el silenciarnos para perpetuar un mundo en el que ellos puedan llevar la voz cantante a costa de nuestra explotación.

Sienten realmente un odio irrefrenable al hecho de que seamos personas. Personas con todo lo que conlleva ese calificativo: voz, voto, opinión y libertad.

Es evidente que la misoginia debe ser alimentada por algo, no nace así porque sí y mucho menos entre tanta gente. Podemos entender la misoginia como la “Aversión a las mujeres o falta de confianza en ellas”, algo que por desgracia ha convivido en nuestra sociedad en gran cantidad de campos.

La misoginia ha sido en el mundo la pescadilla que se muerde la cola: se da voz a personajes misóginos que a su vez educan en misoginia y así es imposible parar el ciclo de la vida que han montado.

«Siempre he creído que la bondad de las mujeres es todavía más efímera que su hermosura». Valle-Inclán.

«La anatomía es el destino. Las niñas sufren toda la vida el trauma de la envidia del pene tras descubrir que están anatómicamente incompletas». Freud.

«Hay dos tipos de mujeres: diosas y porteras». Picasso.

No creo yo que todos los hombres misóginos de mundo se hayan leído a estos y otros grandes pensadores y que repitan como papagayos este tipo de frases. De verdad que no lo creo pero estas y otras lindezas han calado en la sociedad.

Lo hemos visto en el cine, en la literatura en la pintura, en la política y en tantas y tantas ramas…y todas ellas juntitas hacen la cuadratura del círculo que conforma la sociedad.

En el fondo, lo que quieren decir es: “mujeres, tenéis que sufrir (ya sea desde un punto físico o emocional) para que no olvidéis en qué punto debéis estar”.

Ahora las redes sociales son una plataforma perfecta para que este tipo de personas se ensañen e intenten destrozar a las mujeres y ayer con el hashtag #SomosFeministasPorque quedó demostrado una vez más. Con total impunidad llueven amenazas, insultos y demás pavoneos misóginos, demostrando que, aunque hayan pasado cientos de años entre unos y otros la misoginia sigue vigente en el calendario de la sociedad.

Por @Relatofeminista

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