El miércoles 31 de enero se hizo pública la decisión de la directiva de Fórmula 1 de quitar a las chicas de la parrilla de salida. Estas chicas, para contextualizar un poco la situación, se dedican a sujetar unos carteles con el número y el nombre del competidor correspondiente desde un poco antes de que comience la carrera. Según ha indicado Sean Bratches, Director General de Operaciones Comerciales en Fórmula 1, es una costumbre que “no resuena con nuestros valores de marca y claramente está en desacuerdo con las normas sociales modernas”.
Como no podía ser de otra manera, las reacciones a esta decisión han sido inmediatas, tanto a favor como en contra de la medida. Bernie Ecclestone, exjefe de la Fórmula 1, ha dicho que no entendía cómo puede resultar ofensiva una chica guapa sujetando un cartel delante de un coche y ha añadido que “eran parte del espectáculo. A los aficionados les encanta el glamour”.
Por supuesto que somos parte del espectáculo. Así como encontramos banderas, botellas de champán o trofeos que se entregan al terminar las carreras, están también las mujeres que sujetan carteles, que entregan premios, que sonríen a la cámara. Somos un objeto más entre el decorado que conforma el espectáculo, somos… ¿glamour?
En un ámbito tan machista como lo es el del deporte, el espacio que se nos confiere a las mujeres es el de sujetos pasivos que alegran la vista y no dicen absolutamente nada. Mientras el ganador celebra y agradece a su equipo el triunfo, llevándose el merecido reconocimiento por haber logrado proclamarse vencedor, nosotras desde el anonimato miramos y felicitamos, siendo un complemento para mejorar su imagen tanto al principio como al final de la carrera. Siendo una parte del premio y motivación del competidor, el cual sí será el objeto central de todo el evento, ídolo y héroe en un papel no apto para mujeres.
El problema no son las condiciones de trabajo de estas chicas, que en ningún momento dudo de que sean buenas y tengan un trato excelente. El problema es que en cada una de estas actuaciones se da una imagen al mundo que perpetúa lo que día a día nos empeñamos en destruir. Una imagen de objeto bonito y callado que está ahí para complacer, para adornar un espectáculo glamuroso sin participar en él. Además, todas las mujeres que optan a este trabajo han de cumplir las dos condiciones de las que ya nos habló @davsants en su artículo sobre la publicidad: ser delgadas y ser jóvenes. Sesgando, una vez más, la realidad en la que vivimos y bombardeándonos con un estereotipo.
Para todxs aquellxs que creen que es una tontería y que hay cosas más importantes por las que luchar: por supuesto que sí, por supuesto que hay campos mucho más agresivos y millones de cosas que debemos cambiar. Pero vivimos en una sociedad patriarcal en la que miles de detalles nos recuerdan constantemente que somos mujeres y que no tenemos la misma consideración que nuestros compañeros varones. Que estamos aquí para gustar, no para tener otras aspiraciones, no para tener otros sueños. Por eso, creo que cada detalle para luchar contra ello es importante y, por mi parte, me gustaría felicitar a la nueva directiva de la Fórmula 1 por este gesto, que espero solo sea el inicio de una mayor inclusión real de las mujeres en este deporte.
Yurippe @femi_friki
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