En España hay un total de 1,9 millones de familias monoparentales, de las cuales más del 81% están encabezadas por una mujer. Son las familias monomarentales.
Podría hablar de amigas, hijas de padres que se separaron cuando nosotras éramos unas crías que apenas entrábamos en la adolescencia, que dejaron de recibir visitas y llamadas de sus padres.
De cómo una de esas niñas ha hecho malabares tras separarse de su pareja para poder hacer frente a la manutención de su hija de 2 años, a una jornada de trabajo remunerado de 36 horas semanales y a los alquileres de la periferia de Madrid. Sola porque el padre de la criatura se ampara en los papeles no firmados para no responder económicamente de sus obligaciones.
Y es que las familias monoparentales suponen un 10% de los hogares españoles.
Familias hay de muchos tipos, pero hoy, lo siento, hoy es por ellas. Por ese millón y medio de madres solas.
Se estima que más de la mitad de estas familias se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social.
Lo que se traduce, según las cifras de Save the children, en 2,1 millones de niños y niñas en situación de pobreza infantil.
La precariedad la firmamos las mujeres, no es un dato nuevo. La firmamos cuando suscribimos un contrato de trabajo a tiempo parcial, en consecuencia, con salarios más bajos y poco competitivos en una sociedad en la que los precios suben para mantener la economía y el incremento del salario mínimo supone una amenaza para quien no sabe cuánto cuesta el abono transporte. El techo de cristal es casi invisible cuando un suelo pegajoso no te deja moverte. Las mujeres estamos más expuestas a la pobreza y si somos madres esto va in crescendo.
Las madres solas no son libres de elegir. Trabajo, casa, cuidados. Y vuelta a empezar. La lucha contra un sistema que no está diseñado para ellas, que no las tiene en cuenta. La cita con el pediatra se traduce en pedir un día de vacaciones en el trabajo. Las reuniones en el colegio con un permiso para poder ausentarse o volver a gastar un día de vacaciones. ¿Cuántos hombres en tu empresa solicitan días libres para ir a un encuentro en el colegio, a una actuación de fin de curso?
Esto convierte la idea de conciliar en una utopía. La falta de horarios flexibles, poder teletrabajar o tener una legislación que contemple estas situaciones reales se ha puesto de manifiesto con la crisis sanitaria del Covid-19 que demuestra que la conciliación real es escasa y se torna necesaria y urgente. Pero ya estaba ahí; donde no mirabas.
Ellas, las que cuidan. Si en un hogar en el que conviven dos progenitores las mujeres continúan realizando aproximadamente el 70% de las tareas relacionadas con los cuidados y el hogar y, dedicándole el doble de tiempo, en un hogar monomarental no hay descanso.
Laura Moreno es psicóloga y nos cuenta que estos dos meses ha podido observar “como las madres solteras tienen que cargar con un número excesivo de problemas, trabas y complicaciones, más aún de las que ya arrastran. Los ingresos han disminuido, sobre todo en aquellas mujeres que se encuentran en situación de ERTE y no reciben ni ahora (ni antes) la aportación económica correspondiente del padre de sus hijos.”
La Federación de Asociaciones de Madres Solteras ha realizado una primera muestra de un estudio sobre la situación de estas familias durante el confinamiento. Un total de 545 cuestionarios fueron completados, de los que 542 corresponden a mujeres.
El 59% de las familias monoparentales que responden al sondeo manifiestan dificultad para mantener una dieta de tres comidas diarias.
Mas de la mitad de las respuestas a la encuesta afirmaron contar con una red de apoyo durante el confinamiento. Esto supone que, en muchos de los casos, las madres se hayan visto en la situación de dejar a sus hijos e hijas junto a personas de riesgo, los abuelos y abuelas que son un apoyo principal. “Muchas madres que tienen que salir a trabajar no tienen a NINGUNA persona que pueda atender a sus hijos e hijas como merecen y hasta hace unos días tenían que hacer cualquier gestión acompañada por ellos, tenían que enfrentarse a los cuerpos de seguridad, empleados de tiendas y supermercados y hasta a sus propios vecinos para explicar el motivo de que fueran a comprar acompañadas” nos cuenta Laura que, ha escuchado estos días en consulta como estas mujeres viven con la sensación de estar justificando y pidiendo perdón constantemente por ser madre soltera, por estar sola.
Las madres solteras ya no corren del trabajo para llegar a la salida del colegio o de las extraescolares. Estas mujeres están siendo pluriempleadas en sus hogares, en mitad de una pandemia, con las tareas de madre, trabajadora fuera y dentro de casa, y profesora. Sin periodo de prueba. Teletrabajo, hacer comidas, poner lavadoras, deberes, juegos, deporte… ¿cómo pueden con todo? ¿Estamos ante otra categoría de heroínas? A nivel psicológico afecta y mucho: “insomnio, altos niveles de estrés y ansiedad, pensamientos de no valía personal, culpabilidad, trastornos depresivos… pueden ser varios de los síntomas que estas mujeres desarrollen” señala la psicóloga que pone el foco en que muchas de estas alteraciones emocionales ya se daban en madres solteras pero que se están viendo agravadas con esta pandemia.
Las madres lo tienen muy claro. Reclaman una serie de medidas que no llegan. España no tiene legislación a nivel estatal para las familias monoparentales y son pocas las comunidades autónomas que regulan la situación; Madrid, por ejemplo, será una de ellas el año que viene mediante decreto. Reivindican una ley estatal de familias monoparentales para eliminar diferencias entre comunidades, igualdad de recursos independientemente de la vía de acceso a la situación de monoparentalidad, medidas fiscales que no discriminen, políticas de empleo que fomenten la tan deseada conciliación, creación de servicios públicos de educación al que tengan acceso los menores…son algunos ejemplos de las medidas que estas familias reclaman al gobierno español desde hace años.
No son mujeres todoterreno, no son heroínas, solo son madres solteras.
*Si estás en esta situación puedes contestar al cuestionario que han habilitado aquí.
Por Ana M (@anizmoreno_)
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Parental está relacionado con pariente y ambas proceden de parir, no de padre como patria o patrimonio donde sí que se pueden resignificar desde el femenino. Por lo tanto ese neologismo vulgar (por pretender relacionarlo con las formas vulgares mare y pare que jamás aparecerían en cultismos) de monomarental no tiene ningún sentido.