No me niegues. Es imposible. Porque si me niegas, te estás negando a ti.
Siento informarte que tú existes gracias a mí. Y no, no me refiero a lo obvio. Tu sentir, esa esencia sentida que reclamas y proclamas, también me la debes.
Aunque, antes de todo esto, antes de ti, yo ya existía, por eso es imposible negarme. Existía desde que la Historia es Historia, y desde que no lo era. De hecho, el mundo se convirtió en humanidad gracias a mí. Dices que solo hace falta sentir para ser. Pero yo siento gracias a que soy. Soy la que se rompe en dos en la luna llena y deja un pedazo de ella cada vez. También la que tiene que recoger todos sus pedazos cuando en esas lunas no hay dolor. Soy la que se ha quebrado para traerte y la que se irá contigo si te pierde. Soy la que al nacer no llora sola, porque también soy la que llora al dar la vida. Soy la que tiene que asumir la responsabilidad y el dolor de la vida cuando aún no conoce ni su propio espacio. Soy a la que el miedo ha aplastado, abusado, maltratado, ultrajado, violado, sometido y encerrado. Soy la que crea, la que alimenta, la que vela, la que sufre, la que espera, la que cuida, la que enseña… Pero nunca puede. Nunca sabe. Nunca goza. Nunca siente. Nunca piensa. Nunca, nadie, nada.
Soy la que lucha para acabar con ese miedo. La que por los siglos de los siglos ha tenido que pelear con uñas y dientes para librarse del yugo y de las flechas. Soy la que ha abierto con su propio cuerpo el camino que ahora tienes allanado y recorres pisoteando y a codazos.
Soy yo.
Simple y llanamente, yo.
¿Por qué quieres entonces negar lo que sientes que eres? ¿También tienes miedo? Entonces no eres yo, porque nunca lo he tenido y mucho menos del otro, aunque se ha empeñado en asustarme nunca lo he sentido, nunca me ha podido. Quizá por eso quieres negarme, para poder ser. Puede que aún sientas ese temor y al final solo sirves, no eres. Probablemente en tu ansia de ser, no puedes desprenderte de ese terror que te produzco. Pero es imposible. Existo. Soy. Siento. Sé. Puedo. Quiero. Aprendo. Enseño… Y creo.
Y más de mí vendrá de mi cuerpo. Porque si algún día consigues negarme, si llegara el día en que no existiera, entonces, desgraciadamente, sería demasiado tarde.
Por @chopitosmum
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