El verano está aquí en pleno apogeo. Es época de piscina, playa y juerga. De punta a punta llegan las verbenas, ferias y fiestas varias: el momento de diversión para todas y todos.
Y, en una verbena cualquiera, notas enseguida que eso del machismo está sólo en tu cabecita, que nos ponemos muy intensas todo el año con esto de la igualdad, con lo bien que estamos las mujeres ahora y nosotras todo el día quejándonos. Puedes ir a cualquier verbena a disfrutar de las continuas muestras de igualdad para todas las edades.
Desde el rico algodón de azúcar que te lo ofrecen en rosa o azul, porque ya sabemos que si un niño prueba algo de color rosa el universo implosiona y esas cosas… O mi abuela, que baila con sus amigas a ritmo de pasodoble en la fiesta, porque los hombres no bailan, los hombres beben en el toldo y ellas echan unas piezas con sus amigas. ¿No os lo creeis? Pues os garantizo que no hay parroquia gallega que no cuente en su fiesta con unas cuantas yayas que son pareja de baile desde tiempo inmemorial.
Las muestras de lo bien que estamos existen hasta para las mujeres que trabajan en las verbenas. No hay orquesta que se precie que no cuente con cantantes o bailarinas que además de lucir su talento sobre el escenario, lucirán espléndidos cuerpos bien ligeritas de ropa, exactamente igual que sus compañeros chicos que… ¡ah no! que ellos van en traje… ¡¡ups!!
Un ejemplo de espectáculo igualitario lo dio a orquesta Funçao Públika, que incluyó una coreografía en la que las bailarinas pedaleban en bicis estáticas de espaldas al público, ataviadas con body tanga mientras el cantante invitaba a los espectadores a sacar los móviles y grabar. ¿Sexismo? ¿Dónde?
Además, si mientras bailas o disfrutas de alguna cancióncilla empoderante de Maluma, algún machirulo te toca el culo, te persigue, rodea o babosea de maneras varias, no se lo tengas en cuenta ¡mujer! Él pretendía ofrecerte una amable muestra de amor cortés, pero claro es el alcohol… ya sabes… el alcohol a ellos los transforma en víctimas inocentes de sus instintos etílicos.
Donde puedes estar bien tranquila de que no recibirás ninguna demostración machista es en el baile de diablos de Sant Quintí de Mediona y de l’Arboç, por que ahí las mujeres no pueden ni participar. Bueno, les dejan verlo desde los balcones… que eso es muy pintoresco y muy tradicional.
Luego está a la feria. Luces, colores y el “despacito” sonando simultáneamente desde 8 puestos a la vez. Y aquí me toca romper con la ironía y contar que sí hay esperanza y que la lucha está calando. Mientras paseo por la feria oigo al trabajador del “palo loco” que se dirige a la fila de peques que hacen cola para entrar y les dice “tranquilos niños y niñas, todos y todas pueden saltar porque el niño y la niña saltan por igual”.
¿Ven, señores de la RAE y cuñados varios, como no es tan difícil utilizar un lenguaje inclusivo? ¡Chúpate esa Reverte!
Es verano y estamos de fiesta pero el machismo no nos deja nunca. Nosotras tampoco vamos a dejar de reírnos nunca y de disfrutar. Humor feminista para sobrevivir a verbenas machistas.
Nunca dejaremos de luchar y, os guste o no, llegará un día en que lograremos verdadera igualdad. También a la hora de divertirnos todas y todos.
Por María (@Mblue88759013 )
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