Después de leer varios hilos a propósito del impactante video de las compañeras de la página Towanda Rebels llamado: ¡Hola putero!, hemos podido comprobar que los seis de cada diez españolitos que admiten haber consumido alguna vez prostitución, se sienten muy ofendidos, cuando alguien les señala en público.
Algunos sufren arrebato de rabia al ser señalado como lo que es la prostitución; una violación pagada.
Curiosamente, sus argumentos coinciden bastante, por ejemplo, tienen amigas encantadísimas de ser prostitutas, porque oiga: ganan más que de cajeras, eligen horarios, servicios, precio y putero. Sinceramente, después de saber esto no entiendo como no se me ocurrió antes dedicarme a ganar dinero con este chollazo. Además, hay que ver lo que empodera felar a un individuo que no conoces, ni sabes sus hábitos de higiene mínima (los descubres sobre la marcha), donde va a parar comparando otras actividades que nos dejan hacer a las mujeres como limpiar, cuidar, limpiar, cuidar….
Otro argumento coincidente es el famoso: “Ellas quieren”. Sin hacer ningún análisis sobre la feminización de la pobreza, el trabajo precario y la dificultad que sufrimos las mujeres por acceder a buenos trabajos, aseguran que las mujeres prostituidas eligen libremente esta actividad abusiva para sobrevivir. Casi se sienten samaritanos ayudando a estas mujeres a salir adelante. Todo lo demás les suena a chino, o a cosas de feminazis exageradas.
¿Qué van a hacer los pobrecitos puteros, si son ellas las que se ponen ahí en medio, con esas sonrisas y esas minifaldas, enseñando nalga, a 5 grados bajo cero, tan guapas, tan felices de estar ahí esperando complacientes a que vayan ellos con sus barrigas cerveceras y ese sex-appel de macho ibérico? ¡Por favor, seamos serias!
También, aseguran que prostituirse es un trabajo como otro y que las “trabajadoras sexuales” deberían estar reguladas como cualquier trabajadora, inscritas en el régimen de la Seguridad Social, con derecho a baja, un salario digno y así evitar abusos. Es decir, reclaman derechos laborales a personas a las que les niegan el Derecho Humano Fundamental, de no ser un objeto de consumo. Defienden la legalización de la violación pagada haciendo cómplice al Estado y a la sociedad entera, convirtiendo a los proxenetas en honrados empresarios que pueden buscar trabajadoras en las listas del paro para encontrar el perfil que más se ajusta a su negocio.
Son tan considerados que aseguran que todo el mundo trabaja por dinero, o ¿tú te pasas ocho horas diarias haciendo pan por amor al arte? Pues las mujeres prostituidas tampoco. Y lo dicen mientras sus madres o esposas les limpian los calzones y demás miserias, les cocinan y les planchan la ropa incluso cuidan de sus madres, padres e hijas e hijos, gratis todos los días.
Cuando ya se les acaba el argumentario simplón que utilizan, lleven los insultos (zorras, mal folladas…) y los buenos deseos (que os violen a todas).
Estos puteros, tan preocupados por defender la libertad de las mujeres para prostituirse son los mismos que reclaman la presunción de inocencia para los violadores de San Fermín. Lo mismos que conocen al amigo del primo que trabaja con el hermano de un vecino al que la loca de su mujer lo denunció en falso. Los mismos que cuando pasan por una calle donde hay una manifestación contra la violencia de género, cruzan de acerca a la vez que suben el volumen del móvil para no oír los reclamos de esas locas feministas que siempre están igual. Los mismos que se quejan de las cuotas asegurando que tienen que estar los mejores; sí, los mejores. Porque a ellos no les beneficia en nada ninguna de estas reivindicaciones.
Quiero agradecer a Towanda Rebels, su valentía al señalar el culpable real de que exista la prostitución y, por ende, la trata. El saber explicar firme y claramente, lo que muchas intentamos explicar cada día.
A partir de ahora ya no podrán decir eso de: “lloras como una niña”. Porque después de leer tantos lloriqueos en tan poco espacio de tiempo lo más justo, es decir: “Lloras como un putero, después de ver el vídeo de Towanda Rebels.”
¡Rabiad, malditos!
Por Inma Guillem @StopSubrogacion
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Curioso que las feministas solo se dediquen a verter odio contra los hombres, y nunca ni por equivocacion se sienten a escuchar a esas prostitutas que ejercen voluntariamente, (si, voluntariamente) para saber que piensan, que tienen que decir, que es lo ellas necesitan, etc. No,solo se dedican a hablar en su nombre, que paradojico. Por cierto Como quieren que los hombres se enteren de sus reclamos en las manifestaciones, si ustedes mismas los corren de ellas por ser hombres? Ademas sus «reclamos» son «machete al machote» «ante la duda, tu la viuda» etc. Les molesta que les digan que son unas histericas odia hombres, pero terminas tu «articulo» con un «Rabiad malditos» , ni ustedes se ayudan.