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¿A quién votan las mujeres?

A las mujeres nos matan cada día, en cualquier rincón del planeta. Da igual si somos guapas, feas, libres o esclavas, si nuestro color de piel es uno u otro, si somos madres o si no, si tenemos más o menos dinero, si trabajamos con o sin remuneración.

Nos matan a todas. Sin distinción. A las mujeres nos violan cada día. A las mujeres nos ningunean, nos acosan, nos tratan como ciudadanas de segunda, nos invisibilizan. A todas. Cada día.

Veo un montón de mujeres quejarse del asesinato de otra mujer, de que no se pueda abortar en muchos países del mundo, de que las migrantes pasen por el infierno de tener que cruzar fronteras para vivir un calvario peor del que dejan atrás sólo con la esperanza de un futuro mejor para ellas y las suyas.

Veo mujeres pidiendo la abolición de la prostitución, luchando con todas sus fuerzas contra el transcult. Mujeres que salen a la calle el 8M a pedir que nos paguen un salario como al de nuestros compañeros de profesión o de oficio, que la justicia no nos revictimice, que nuestras hijas no se tengan que ver con sus maltratadores…

Tenemos elecciones. Generales primero. En las generales el PSOE jugó al chantaje del miedo, para qué vamos a engañarnos. Si no votáis a nuestro partido, que es el voto útil, va a venir el coco. Y les resultó. La política del miedo siempre funciona con las masas.

Lo principal en las generales era parar a la ultraderecha del trifachito. Así, a lo grande. Porque claro, es mucho mejor tener un patriarcado de “izquierdas” que un patriarcado fascista. Eso las mujeres lo sabemos bien, que de patriarcado sufrimos bastante. Y funcionó. Las mujeres en masa votaron a la “izquierda”. Y todos esos votos pararon al fascismo, hicieron que Pedro Sánchez ganara las elecciones y que el PSOE se embolsara un tanto económico (ya que los partidos cobran por los votos recibidos, que esta parte nunca la cuentan).

Volvemos a tener elecciones. Esta vez municipales y europeas.

En las municipales  ………………………………. (dejo una línea de puntos para que cada una explique lo que pasa en su pueblo o ciudad).

Las últimas, las europeas. Estoy emocionada y feliz de poder votar a una candidatura feminista (en las generales y las municipales no las hay) y pienso: por fin la voz de las mujeres se va a oír en primera persona en las instituciones europeas. Unas instituciones especialmente masculinizadas.

Llega la hora de la verdad, el recuento. Iniciativa feminista no saca ni un escaño. Y en ese momento me acuerdo del artículo de Lidia Falcón que pedía donde estaba el feminismo en los programas electorales de las Generales. Y me surge a mí una pregunta nueva: ¿a quién votan las mujeres? ¿Dónde han ido los votos de todas esas mujeres que se indignan con su salario, que salen a la calle a reclamar derechos, que lloran y empatizan con otras mujeres cuando leen las noticias, que tiene miedo al volver a casa, que tiene miedo de perder la custodia de sus hijos, que sienten terror en la familia porque quien debería quererte no lo hace?

Pues a la “izquierda”, porque ya sabemos que es mucho más importante parar a los fascistas y salvar a Europa que salvarnos a nosotras mismas.

Hubo 30.000 valientes en la circunscripción de España que votaron una candidatura que llevaba única y exclusivamente un programa pensado por y para nosotras. Pero el patriarcado nos educa para priorizar siempre a los demás, para cuidarlos y servirlos; para ser “solidarias” y no “egoístas”.

Espero que todas esas mujeres se den cuenta la próxima vez que negocien un contrato laboral, que trabajen en casa y la sociedad no se lo reconozca como trabajo, que sientan miedo incluso de un agente de la autoridad…

Espero que se den cuenta que sólo vamos a poder cambiar todo este sistema que nos explota si priorizamos nuestros derechos.

 

Por Lilith Monzoncillo (@pictofem)

 

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