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¿Qué caracteriza a una persona y relación “tóxica”? 

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Internet está lleno de artículos y vídeos que tratan y/o comentan cómo identificar señales para protegernos y alejarnos de personas y relaciones tóxicas. ¿Cómo hacerlo si llegamos a ser nosotros los tóxicos y cómo plantear soluciones?

Relaciones tóxicas

Toda relación se desarrolla en base a las aportaciones dadas por el carácter, actitudes y pautas, de cada uno de sus miembros.

Relación toxica es la que desgasta, erosiona, agota, a alguno de sus miembros por conductas de uno o cada uno de ellos. En estos casos, el tono que se utiliza en la convivencia suele ser de crítica negativa, reproche. Provoca estados de tensión, sensaciones de no hacer y ser lo suficiente para la relación. El compartir aficiones, amistades, opiniones, convierte la unión en cerrada y cualquier diferencia o separación se llega a considerar como señal que amenaza al vínculo. Cuando una de las partes es la que domina, somete, abusa, pretende tener el control de todas las situaciones y de la pareja, la otra queda reducida, doblegada, anulada, y se traduce en malos tratos.

Estas relaciones también se pueden producir en el seno familiar. Se considera tóxico al padre o madre sobre-protector, autoritario, intransigente, crítico en exceso. También el progenitor que proyecta fantasías, sueños, en los hijos, controla las amistades, y no deja que ellos planifiquen sus propias carreras y/o trabajos.

Se pueden dar comportamientos tóxicos al asumir ciertos roles que se adquieren en el trabajo, familia, con amistades o conocidos. Sucede, sobretodo, con personas que, al posicionarse en un nivel más elevado, están predispuestas a sentirse superiores, se llegan a distanciar de los demás y dejan de contemplar la correcta comunicación.

Si esa forma de proceder se tiene en grado elevado, su descripción es: «Conductas en personas fundamentalmente poco empáticas que proyectan sus carencias. Creen que poniendo el foco negativo fuera, en el otro, superan sus miserias y problemas.» Aquellas personas que se encuentran dentro de ese nivel son psicópatas, narcisistas, las que ejercen acoso escolar: bullying, laboral: mobbing.

Algunos perfiles tóxicos agrupados en cuatro categorías:

Actitud culpabilizadora: Utilizan el chantaje emocional. Tratan de eludir responsabilidades para que otros las asuman. Pretenden que recaiga el peso de la culpa en terceras personas y explican qué han de cambiar los demás para que la situación mejore. No reparan en su carácter, comportamientos, formas de actuar, que tienen hacia personas de su entorno. Ellos no han de trabajar ni transformar nada de su personalidad.

Actitud agresivasujetos que, con intención de dañar, utilizan la ironía, comentarios jocosos, ácidos, para quitar importancia y credibilidad a otros individuos. Con el objetivo de tener el control, invaden el espacio vital de otras personas con gestos amenazantes, intimidantes, tono elevado, incisivo y agresivo, para así ser los únicos escuchados. Aspiran a que todo gire en torno a ellos. No permiten que otros se puedan explicar y ellos han de tener la última palabra y la razón.

Actitud victimista: defienden que a ellos se les multiplica cualquier mal y las injusticias recaen sobre su persona. Las desgracias se ceban en ellos. Son negativos en prácticamente cualquier situación. Se quejan por todo y si no hay motivos aparentes los inventan. Conducta que busca eximir de la responsabilidad de sus propios actos y formas.

Actitud pasivapostura que se utiliza para no enfrentarse a situaciones. Intentan evitar el hablar de la problemática. Pretenden no ver las reacciones de personas que les rodean. Fingen que todo está bien. Si un problema no se menciona éste desaparecerá por sí solo.

Numerosos sociólogos y expertos en psicología social manifiestan que no hay personas tóxicas. Son actitudes, conductas, pautas, dañinas y todos, en mayor o menor medida, influidos o no, hemos obrado de ese modo en determinados momentos. Detallan que el comportamiento tóxico es sistemático, incluso puede llegar a ser sistémico, y tiene distintos grados. Son comportamientos nocivos, perjudiciales, que menoscaban, hieren de forma emocional a terceros, pero también a la persona que las tienen. Pueden ser provocadas por falta de seguridad, miedos, incertidumbres, celos, envidias, angustias, baja autoestima, estrés, etcétera. No es habitual que la persona que tiene esas pautas de conducta lo reconozca y admita de forma consciente. Es un término que se está normalizando y llega a perder la perspectiva para identificar dónde están los límites.

¿Y si nosotros también hemos sido o somos algo tóxicos?

A los individuos se les identifica por su forma de ser y actuar. No es necesario tener una naturaleza «dañina» para causar dolor a un ser querido, familiar, compañero, amistad, incluso, desconocido. Nos preocupa el comportamiento de los demás, pero ¿somos honestos con nuestras formas de proceder? ¿Somos capaces de analizar situaciones desde la auto-crítica? ¿Justificamos nuestras pautas de conducta nocivas? ¿Cómo identificar dinámicas de esas características si tenemos normalizados niveles bajos de comportamientos tóxicos?

Para una mejor convivencia, ¿seremos capaces de comprender cuándo se daña a otros y que ésa no es la forma de solucionar nuestros problemas? Ser conscientes, reconocer y aceptar qué actuaciones nuestras lastiman, hieren, a otra persona de manera emocional y/o psicológica, será un buen comienzo para prevenir el problema de pautas y comportamientos tóxicos. Desarrollar la capacidad de reflexionar si nuestras acciones están a la altura de los valores que divulgamos, creemos, sentimos.

Bernardo Stamateas, psicólogo autor de “Emociones tóxicas” María Dolors Mas, psicóloga clínica y técnica en educación emocional, nos aconsejan: “Se ha de cimentar, erigir, una sociedad que construya más vínculos y huya del ‘toma y dame’ las relaciones basadas en hacer las cosas esperando algo a cambio. Desarrollar la auto-crítica, comunicación asertiva, escucha activa, mucho diálogo con disposición de solucionar los problemas. Trabajar la empatía cognitiva, aprender a cooperar, colaborar. Las relaciones han de basarse en el respeto, comprensión, para aportar y añadir valor, que no nos reste ni restemos. Reír mucho con las personas que nos relacionamos.” 

Todos podemos ser el problema. Todos hemos de responsabilizarnos, identificar nuestra posible toxicidad e implicarnos en transformar y rectificar, para mejorar en toda relación social.

Por @dalila_sin 

 

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