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Prostitución por continentes: Oriente Medio y países islámicos

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Para hablar de la prostitución en Oriente Próximo y en los países musulmanes hay que atender a todas las estructuras sociales que se dan en aquel lugar siempre en conflicto y que ofrece unas variedades sociales, culturales y económicas que confluyen, sin embargo, en un todo común: la religión. Hablar de las leyes que penalizan la prostitución o de las distintas formas de legislación es hablar de la Sharia, del fundamentalismo religioso, de la situación de la mujer en esos países y de la mirada siempre blanca con que occidente contempla ciertas costumbres.

También podemos decir que en los países árabes, además, se dan dos circunstancias especiales que los diferencian; una la abundancia de recursos naturales tales como petróleo, diamantes, gases, minerales etc. y otra es la lucha que siempre ha existido para poder explotarlos. “Las guerras en Oriente Medio no son civiles ni religiosas, sino por los recursos naturales” mantiene la periodista y analista política iraní, Nazanín Armanian. Para ella las guerras religiosas son “una pantomima, una cortina de humo” tras las que se esconden las guerras colonialistas e imperialistas tanto europeas como estadounidenses.

Tampoco hay que olvidar que las revueltas hacia el fundamentalismo musulmán de los años 70 han hundido a la mujer en una sociedad estancada en leyes propias de hace mil años en las que no se contempla la libertad individual. Imágenes de la Persia de Reza Palhevi, el último Sha de lo que ahora es Irán, nos muestran mujeres que tenían acceso a la universidad, a la calle, a un grado de libertad muy similar al occidental y que se perdió con la revuelta de los ayatolas en 1979 y la aplicación de la ley Sharia a todos los niveles legislativos. Así mismo es imposible no recordar el régimen de los Talibanes que se ha dado en Afganistán desde 1996, el poder de grupos como Al Qaeda, el movimiento de Hezbollah o las llamadas a la guerra santa y que son tan solo la punta de lanza de todo un movimiento social que desde Occidente no llegamos a vislumbrar en toda su extensión. Lo que desde aquí nosotros llamamos fundamentalismo para ellos era y es una organización social que trata de restablecer los principios y valores islámicos y que sitúa al clero de forma hegemónica al ser el portador de el saber religioso. Ni que decir tiene que este poder absoluto le permite explotar todos los recursos naturales de una zona inmensamente rica y ansiada por las potencias extranjeras que dependen energéticamente de patrimonios que no poseen.

La ley Sharia es, pues, un conjunto de leyes que se aplica en todo Oriente Medio aunque no en todos los países de la misma forma o rigor. Está compuesta por el Corán, la Hadiz, el Juna y el Ijtihad. Dentro del conjunto de leyes que la forman hay un grupo denominado el Hadd que es la ley que rige sobre los delitos de robo, robo con armas, acusaciones falsas, delitos de consumo de vino o alcohol y relaciones sexuales.  Hay países, como Arabia Saudí, que dicen vivir bajo la Sharia pura y que por tanto ante la prostitución aplicarían la ley del Hadd, mientras que otros países solo aplican la parte religiosa pero no son tan estrictos en cuanto a la penalización de los delitos.

La mujer es sin duda la mayor perjudicada por este conjunto de leyes: la imposición del velo hasta el burka, la lapidación por adulterio, la mutilación genital en algunos países, la poligamia en casos más extremos, el matrimonio forzoso de niñas y todo tipo de restricciones sociales a los que están sometidas suelen estar sujetas a esta ley. La mujer queda a expensas de su marido o de su padre sin voz ni voto para absolutamente nada, tanto es así que una mujer ni tan siquiera puede testificar en un juicio. Si tratara de hacerlo podría ser castigada. Quizá por este grueso muro de restricción y de aislamiento me ha sido complicado averiguar hasta qué punto las mujeres musulmanas pueden dedicarse a la prostitución. Los datos siempre hablan de musulmanas poco observantes de la religión que proceden de terceros países, mujeres que viven en zonas en conflicto o mujeres de otros lugares que no profesan el Islam.

 

La ley Sharia y la prostitución

En el momento de buscar legislaciones sobre la prostitución en los países que forman Oriente Medio y que son de mayoría musulmana, vemos que algunos de ellos no poseen lo que en Occidente podríamos llamar una ley clara al respecto. En muchos hay un vacío legal o está claramente prohibida.

En los Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Arabia Saudí, Egipto, Irak, Afganistán, Kuwait y Sudán no hay ninguna ley que regule la prostitución salvo la ley Sharia.

En Líbano es ilegal excepto si se dispone de licencia y muchas veces se ejerce de forma clandestina puesto que, “en realidad”, está prohibidos los burdeles desde 1998. En el barrio de Maameltein, considerado el barrio rojo de Líbano y cercano a Beirut, los turistas árabes pueden consumir prostitución por unos 700€ con bailarinas procedentes principalmente de países del Europa del este. En estos locales se puede contratar una fiesta privada con varias mujeres por más o menos 3.500€ y se subastan virginidades por unos 1.500€

En Turquía es ilegal excepto con licencia para las prostitutas y completamente legal para los clientes.

En Libia es legal aunque está prohibido el proxenetismo.

En Túnez la prostitución es legal y las prostitutas tienen un seguimiento por parte de las autoridades. Las mujeres pagan impuestos y su edad media es de unos cuarenta años, siendo el único país de mayoría musulmana que adopta este sistema. La sesión viene a costar unos 20 Dinares, el equivalente a unos 10€ y es por parte de los conservadores que esta ley puede resultar polémica en el país puesto que no ven “normal” que la prostitución sea legal y que por otro lado se prohíba la poligamia, algo que les parece paradójico .

En Irán la prostitución es ilegal, pero se calcula que en la capital, Teherán, existen más de 250 burdeles y ejercen alrededor de 84.000 prostitutas.

En Omán, el sexo es solo contemplado dentro del matrimonio, luego, la prostitución está encubierta y se ejerce en hoteles, bares, locales nocturnos, centros de masaje o clubes por mujeres principalmente llegadas de Europa de este, norte de África o algunos países asiáticos. Son las mujeres y no los clientes quienes están penalizados con hasta cinco años de cárcel si son sorprendidas ejerciendo, sin embargo, vivir de los beneficios que otorga la prostitución es un delito que solo se pena con tres meses de prisión. Se puede decir entonces que el proxenetismo está más consentido que la prostitución en sí.

Omán destaca por ser uno de los países con más trata y tráfico de personas pese a que la ley de 2008 contra todas las formas posibles de trata castiga al infractor con hasta quince años de cárcel.

Suele suceder que la mayoría de mujeres que ejercen la prostitución provenientes de países árabes lo hacen huyendo de las guerras y descubren que esa es la única forma de supervivencia y que, además, si están ejerciéndola en ciudades donde hay riqueza, les proporciona un status de vida que habría sido imposible llevarlo en sus países de origen. Se considera que hay alrededor de 20.000 mujeres magrebíes ejerciendo como prostitutas en países árabes. Se da el caso de que en Arabia Saudí se ha llegado a prohibir la entrada de mujeres marroquíes que puedan resultar sospechosas de ejercer la prostitución para visitar los santos lugares de peregrinación por miedo a que estas se queden en el país trabajando.

Una forma de encubrir la prostitución es el matrimonio infantil o el matrimonio exprés, dos variantes del mismo abuso. «En la zona del Golfo o Jordania, ya que la prostitución está prohibida en los países árabes, los hombres se casan con jóvenes de las naciones más pobres de la zona para poder acostarse con ellas impunemente, en una forma de prostitución encubierta», explica Basel Ramsis, director del documental Sokar Barra. Las mismas familias propician y alientan este intercambio y adaptan el “trueque” para que no se contradiga con las leyes que dicta la Sharia considerando el dinero pagado como parte de la dote. Esta forma de prostitución encubierta y cuasi legal se está extendiendo por países como Sudán, Yemen o Siria, incluso dentro de los campos de refugiados sirios de la zona. En Afganistán hay una variante de este método que sirve para que los padres puedan saldar deudas económicas casando a sus hijas con los acreedores.

 

En la segunda parte de este artículo veremos los daños colaterales de las guerras, la situación de la prostitución en más países y como afecta la prostitución en el conflicto palestino-israelí.

 

 

Por @ninapenyap

 

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