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1000 motivos para un 8M abolicionista

feminismo, mujeres en lucha, abolicionismo, huelga, dia de la mujer, prostitucion

*Ilustración de Lilith Monzoncillo y Noah García.

 

Este 8 de marzo, el abolicionismo se ha convertido en el protagonista indiscutible de la agenda del movimiento feminista. Cuesta creer que, más allá de la aprobación de la proposición de no ley en el Congreso, el motivo por el que el tema se ha colocado en este epicentro mediático sea el desacuerdo al respecto en asociaciones y grupos vinculados al movimiento. Los mismos que se empeñan en decir que el feminismo no es uno, sino muchos, que el sujeto político del feminismo no son las mujeres, sino una abstracción subjetiva -y por lo tanto imposible de regular- de categorizaciones femeninas patriarcales, son lo que eluden hacerle frente a la lacra de la mercantilización de los cuerpos de las mujeres. La mediatización de ese no feminismo de moda reduce el movimiento a una etiqueta, a algo relativo que le despoja de su teoría y de su histórico, que se vende en camisetas y se baila en batukadas.

En este contexto posmoderno, unas cuantas consignas liberales fueron suficientes para que el lobby proxeneta se infiltrara definitivamente en las instituciones feministas o en las que decían serlo. Amparados en un falso discurso de la libre elección y disfrazando de empoderamiento femenino el lucro que obtienen de la feminización de la pobreza, el proxenetismo ha pretendido erigirse como abanderado de los derechos de las prostitutas dentro de los espacios de las mujeres. Da igual si el 92% de las prostitutas quiere escapar inmediatamente de la prostitución o si muchas de las principales activistas por el abolicionismo son exprostitutas supervivientes a esta violencia patriarcal. No importa si los proxenetas ocultan enormes intereses económicos tras su presencia en nuestros espacios ni que regular a las mujeres como objetos de consumo sea incompatible con una sociedad igualitaria. El proxenetismo ha estado demasiado tiempo silenciando el abolicionismo desde la parte más institucionalizada del movimiento, pero esto se ha terminado. El feminismo se ha levantado, porque el feminismo es abolicionista.

Desarrollemos algunos de los mil motivos para que este 8M se convierta en un hito del abolicionismo.

 

  • La realidad tras el discurso del proxenetismo

 

Los datos que muestran los proxenetas están manipulados para defender sus intereses, por lo que es imprescindible consultar datos de investigaciones académicas o trabajo social. Melissa Farley -psicóloga clínica y reconocida activista contra la pornografía y la prostitución- ha recopilado datos en cinco países (Zambia, Estados Unidos, Turquía, Sudáfrica y Tailandia) para la web de Prostitution Research . En ellos puede constatarse que la edad en la que se empieza a prostituir a las niñas es de 13,5 años, el 85% de las mujeres explotadas reportan abusos sexuales en la infancia, un 90% ha sido explotada por proxenetas y un 85% de estas últimas han sido violadas por ellos. Las mujeres y niñas prostituidas tienen una mortalidad promedio cuarenta veces mayor que una persona común.

 

  • Acabar con la esclavitud sexual

 

El movimiento feminista no puede ignorar a un 90% de mujeres que se prostituyen bajo coacción y en situaciones de vulnerabilidad extrema, secuestradas en polígonos y clubs de carretera. España se ha convertido en la puerta principal a Europa de la trata proveniente de países africanos, así como en un destino de turismo sexual. La prostitución golpea directamente a las mujeres en situación de pobreza y se alimenta de la feminización de la misma. En los países en los que la prostitución se ha regulado y los tratantes se han convertido en empresarios, la trata ha aumentado hasta a niveles aterradores, como en el caso de Alemania.

 

  • La violencia sexual que el patriarcado niega

 

Amelia Tiganus, superviviente y activista, comentaba recientemente en una entrevista la diferenciación meramente patriarcal entre el violador que se aprovecha de su situación de poder para agredir a una mujer en un portal y el putero que paga para penetrar a una joven que no tiene otra opción, como si el dinero blanqueara una relación no deseada en la sociedad del neoliberalismo voraz. Cuando el lobby proxeneta pretende hacer pasar la prostitución por un trabajo cualquiera no explica que en un trabajo cualquiera no hay desgarros anales ni vaginales, ni enfermedades de transmisión sexual, ni asesinatos. Además de la violencia que sufren las prostituidas, la prostitución enseña a los hombres que el deseo de las mujeres es negociable, en este caso a cambio de dinero. Es imposible separar esta idea -junto con la escuela de la pornografía- de una denuncia por violación cada cinco horas.

 

  • La lucha contra el sexismo

 

La desigualdad entre hombres y mujeres se sustenta en el género, un constructo patriarcal que se impone en base al sexo con dos ideales diferenciados entre hombres y mujeres. A nosotras se nos socializa como una alteridad a los hombres, con una deuda de belleza contraída para siempre, sumisas a sus necesidades como seres complacientes. La prostitución refuerza esta concepción misógina en la que somos objetos y no sujetos, y nuestros deseos están subordinados a los suyos. También esa otra en la que los hombres tienen unas necesidades innatas – y no una socialización sexista- que pueden satisfacer con mujeres que están por debajo de sus parejas en esa categorización de santas y putas que el proxenetismo reivindica como progresista. Es inviable una sociedad igualitaria mientras puedan consumirse mujeres.

 

  • La necesidad de planes de salida para estas mujeres

 

Si algo domina el lobby proxeneta es la comunicación. En un intento constante de despreciar el abolicionismo, nos acusan de no escuchar a las prostitutas, nos llaman putófobas y apelan a una falsa libertad sexual basada en la precariedad y no en el deseo. La realidad es que el abolicionismo no existe sin planes de salida que incluyan atención psicosocial, ayudas formativas y opciones laborales para estas mujeres desprotegidas. El porcentaje de prostitutas “por elección” -si es que puede llamarse así dentro de un condicionamiento patriarcal-, es tan mínimo que ni siquiera llega a ser representativo frente a la abrumadora realidad de mujeres extorsionadas y en situaciones de extrema vulnerabilidad económica. Muchas activistas abolicionistas son mujeres que consiguieron salir de ese infierno, que hablan, al fin libres, de lo que ellos quieren ocultar. Escuchar a los proxenetas no es ni será un sinónimo de escuchar a las prostitutas ni mucho menos de darle los derechos que les corresponden y por los que lucha el abolicionismo.

No podemos olvidar la historia del feminismo, sus bases y sus teóricas. El feminismo es un movimiento político y tenemos la obligación de recuperar su significado y continuar la lucha de las mujeres. Somos muchas y no nos van a callar más porque mientras quede una sola mujer explotada por un sistema machista, ninguna seremos libres. Por eso, estés donde estés, este 8M busca el bloque abolicionista de tu ciudad y grita por todas las que todavía no pueden.

#FueraPuterosDel8M

 

Por Princess Caroline (@ALaLicuadora)

 

 

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